Beneficios de la Lactancia Materna

  1. Es tan buena que el bebé no necesita nada más. Ni agua, ni jugo, ni tecitos, etc. 
  2. Tiene todas las vitaminas, las grasas y las proteínas que necesita el bebé en cantidad exacta. 
  3. El bebé es más sano y tiene más defensas, previene las diarreas. 
  4. Es la vacuna para todas las enfermedades infectocontagiosas. 
  5. Nos ayuda a ahorrar dinero. 
  6. Se digiere bien y el bebé no se constipa. 
  7. Está a la temperatura justa y no se echa a perder. 
  8. Protege al bebé tanto física como mentalmente. 
  9. Reduce el riesgo de cánceres de ovario y mama (debido al efecto hormonal). 
  10. La mujer recupera con más rapidez el peso que tenía antes del embarazo, mejora la remineralización ósea posparto y por ello hay una reducción de riesgo de fracturas de cadera en la menopausia.
  11. Promociona la estimulación temprana y desarrollo sensorial del niño, da protección inmunológica directa, menor inciencia de asma, enfermedades respiratorias, gastrointestinales,…. 
  12. El calostro ayuda a la expulsión del meconio (primeras heces que deben expulsarse cuanto antes) a la prevención de ictericia.
  13. La probabilidad del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante parece verse reducida en niños alimentados con leche de mujer. 
  14. Ayuda a la relajación de la madre y a la involución del útero a su posición antes del parto.
  15. Evita hemorragias e infecciones en el puerperio.
  16. Disminuye la gravedad de las alergias. 
  17. Disminuye el riesgo de diabetes de tipo 1 y 2, de linfoma, hipercolesterolemia y de asma del futuro adulto.
  18. La leche materna protege al niño de enfermedades de la piel.
  19. La prolactina ayuda a la madre a conciliar rápidamente el sueño.
  20. Mejora la mineralización ósea en la madre.
Comparativa entre la Leche Materna y la Leche de Vaca

Leche Materna

La leche materna se considera generalmente la mejor fuente de nutrición para los niños, ya que contiene nutrientes necesarios para su desarrollo, es limpia y genera el vínculo madre-hijo.

La leche materna es un fluido cambiante, ya que se va adaptando a los requerimientos del lactante a lo largo del tiempo, en función de las necesidades energéticas y del desarrollo del recién nacido. Es así como su composición va sufriendo variaciones a lo largo de la lactancia y también durante el día. Entre las sustancias que tienen variaciones circadianas están los nucleótidos, algunos tienen su acrofase durante el día y otros durante la noche.

Aunque las propiedades exactas integradas en la leche materna no son completamente conocidas, el contenido nutritivo después de este período es relativamente constante y obtiene sus ingredientes del suministro de alimentos consumidos de la madre. Si aquel suministro decrece, el contenido se obtiene de las reservas corporales de la madre. La composición exacta de leche materna varía de día en día, de toma a toma, inclusive dependiendo de si es de día o de noche, según el consumo de alimentos, el ambiente, la edad del bebé… También ha de ser tenido en cuenta que la proporción de agua y grasa fluctúa. La leche liberada al principio de una comida, es acuosa, baja en grasa y alta en carbohidratos, mientras que la del final de la toma es más rica en grasas, siendo por ello más saciante. La mama nunca puede ser realmente vaciada ya que la producción de leche es un proceso biológico continuo: a mayor succión del bebé, mayor producción de leche.

Aunque en la actualidad sea recomendada mundialmente, a mediados del siglo XX la práctica de amamantamiento con leche materna pasó por un período en la que se la consideraba fuera de moda y se empleaban leches artificiales que inclusive fueron consideradas superiores a la leche materna.

Sin embargo, actualmente se reconoce que no hay ninguna fórmula comercial que pueda igualar a la leche materna. Además de las cantidades apropiadas de carbohidratos, proteínas y grasas, la leche materna también proporciona vitaminas, minerales, enzimas digestivas y hormonas, es decir, todos los nutrientes que un infante en desarrollo requerirá. La leche materna también contiene anticuerpos de la madre que pueden ayudar al bebé a evitar infecciones, denominados inmunoglobulinas. Sólo en el caso de que una mujer sea incapaz de amamantar a su niño por hipogalactia (la verdadera hipogalactia únicamente ocurre en aproximadamente un 2% de las mujeres) u otra razón médica grave (algunas enfermedades contagiosas como el SIDA o algunos tipos de hepatitis, el consumo de estupefacientes, alcohol o medicamentos verdaderamente incompatibles) se le debería recomendar el uso de un sustituto artificial, puesto que la leche de vaca u otro animal puede ocasionar graves alergias en niños menores de un año.

Leche de Vaca

La leche es una secreción nutritiva de color blanquecino opaco producida por las glándulas mamarias de las hembras de los mamíferos (incluidos los monotremas). Esta capacidad es una de las características que definen a los mamíferos. La principal función de la leche es la de nutrir a los hijos hasta que son capaces de digerir otros alimentos. Además cumple las funciones de proteger el tracto gastrointestinal de las crías contra patógenos, toxinas e inflamación y contribuye a la salud metabólica regulando los procesos de obtención de energía, en especial el metabolismo de la glucosa y la insulina. Es el único fluido que ingieren las crías de los mamíferos (del niño de pecho en el caso de los seres humanos) hasta el destete.

Inmediatamente después del parto, la hembra del mamífero comienza a producir secreciones mamarias; durante los dos o tres primeros días produce el calostro. Pasado este período, el animal sintetiza propiamente la leche durante todo el periodo de lactancia, que varía de 180 a 300 días (dependiendo de muchos factores), con una producción media diaria muy fluctuante que va desde 3 hasta 25 litros. La leche se sintetiza fundamentalmente en la glándula mamaria, pero una gran parte de sus constituyentes provienen del suero de la sangre. Su composición química es muy compleja y completa, lo que refleja su gran importancia en la alimentación de las crías. La composición de la leche depende de las necesidades de la especie durante el periodo de crianza.