Tendremos que tener en cuenta que el coste de mantener un artículo en inventario dependerá, entre otros factores, de su valor. El valor unitario de un artículo mantenido en inventario es, en el caso de un artículo, el precio pagado por el mismo a su proveedor, que dependerá del tamaño del pedido.

Si por el contrario, se trata de un artículo que ha sufrido alguna transformación en la empresa, como es el caso de los productos en curso o de los productos terminados, el valor del mismo es más difícil de determinar y dependerá del sistema que empleemos para determinar los costes.

Sin embargo, y a pesar de los distintos sistemas de contabilidad de costes, en pocas ocasiones se tienen en cuenta los costes más importantes desde el punto de vista de la gestión de stocks, que no son otros que los costes de oportunidad: ¿Dónde se podría haber empleado mejor el capital, que en el inmovilizado que supone un inventario?

En consecuencia, los costes más importantes asociados a un sistema de gestión de inventarios se pueden agrupar en:

  1. Costes de almacenamiento, posesión o mantenimiento de inventarios.
  2. Costes de lanzamiento del pedido.
  3. Costes de rotura de stock o de demanda insatisfecha.

Vamos a pasar a analizar con más detenimiento cada uno de estos costes:

Costes de Almacenamiento, (Ca)

Con esta denominación, nos referimos a los costes debidos al nivel del stock de cada uno de los productos de inventario. Al tomar la decisión de almacenar ciertos productos constituyendo un inventario, se realizan unos gastos en instalaciones y personal.

Otro factor importante que interviene también en este tipo de costes es el factor tiempo, ya que el nivel de stock de cada producto varía con él. Los conceptos de coste que se ven afectados por el nivel de stock son los siguientes:

  1. Capital invertido en stock o coste de oportunidad del capital. Coste en que se incurre al mantener inmovilizado en inventario el capital correspondiente, en vez de invertirlo. Estos recursos económicos pueden valorarse de diferentes maneras, desde considerarlos como una tasa análoga a la de las cargas financieras que la empresa soporta o como la tasa de rentabilidad que la empresa podría obtener en una inversión alternativa. Utilizaremos el coste del capital medio ponderado.
  2. Coste variable de almacenamiento. El mantenimiento de inventarios, implica la necesidad de disponer de almacenes, con su personal correspondiente, equipo de manejo de materiales, alquiler de espacio para almacenaje… 

  3. Riesgo de obsolescencia. Los cambios en los consumidores o el progreso tecnológico pueden dar lugar a que un artículo mantenido en inventario, no tenga salida en el mercado: una situación muy típica es la de los productos sujetos a modas muy efímeras, como la ropa o de grandes cambios tecnológicos como la informática.

  4. Riesgo de deterioro, robos o desperfectos. El mantenimiento durante un cierto tiempo de una determinada cantidad de un artículo en inventario, lleva consigo la pérdida de parte de estos artículos como consecuencia de las condiciones ambientales no apropiadas, roturas accidentales, pérdidas, robos, etc., lo que evidentemente afectará al valor de venta del producto.

  5. Seguros, impuestos, etc. Otros costes que varían con el nivel de stock, tales como son las pólizas de seguros, impuestos que los graven, etc.

Como norma general, y para simplificar los cálculos, se puede tomar que el total de los costes asignados por todos los conceptos puede estar sobre el 25%. Lógicamente, esto dependerá para cada empresa y será función de su organización, tipo de productos que manejen y forma de funcionamiento.

Admitiendo esta simplificación, el coste de almacenamiento (Ca), será:

Ca = 1,25 * Cu *  Sm * Ti

Siendo 1,25 el 25% del total de los costes anteriormente mencionados.

Cu= Coste unitario de adquisición o compra.

Sm= El stock medio o volumen de piezas almacenadas.

Ti= El tipo de interés o coste del capital de la empresa.

Costes de lanzamiento de pedidos

Entendemos por coste de lanzamiento el coste total que se origina cada vez que se efectúa un pedido de un artículo. Podremos distinguir entre coste de emisión, que es el coste de realizar un pedido de abastecimiento que requiere un trabajo administrativo de correspondencia, llamadas telefónicas, preparación de facturas, etc. y otro de recepción del producto, su inspección y depósito en zonas de almacén correspondiente.

La suma de todos ellos es el coste de lanzamiento del lote (CL).

Las características del coste de lanzamiento de los lotes, pueden ser muy variadas. Su coste puede ser el mismo, independientemente del número de unidades que constituyen el lote. O mantenerse constante a un cierto nivel, mientras que el número de unidades del lote se encuentra entre ciertos márgenes, sufriendo un incremento si el tamaño del lote sobrepasa los márgenes (puede ser que tengamos que pagar horas extras).

Costes de rotura de stock o demanda insatisfecha

Es el coste en el que se incurre cuando no se pueden atender a la demanda, debido a que cuando ésta se presenta, no hay existencias en el almacén, situación que se denomina rotura de stock.

Se pueden distinguir dos casos de demanda insatisfecha:

  1. La demanda insatisfecha diferida: que se produce cuando los pedidos de clientes llegados en un momento en el que no hay existencias son retrasados para ser atendidos en el primer momento en que las haya. El coste asociado a esta demanda lo denominaremos coste de carencia y es muy difícil determinarlo. Así, el coste asociado al mal servicio a los clientes, no es cuantificable fácilmente, como tampoco lo es el coste de pérdida de imagen.

  2. La demanda insatisfecha perdida: que se produce cuando los pedidos de clientes llegados en un momento en el que no hay existencias, se pierden definitivamente. El coste asociado a esta demanda se denomina coste de rotura, que definiríamos como el coste de no atender a la demanda y por tanto perderla. La determinación del coste de rotura presenta dificultades, siendo la más importante el intangible y de difícil cuantificación que el cliente se pase a la competencia, con la consiguiente pérdida de ventas futuras y pérdida de imagen.