Pintura del Quattrocento en Italia
Sus características principales son: la evocación de lo antiguo, la observación de la naturaleza y el dominio de la perspectiva, lo que hace que se supere la bidimensionalidad.Sigue predominando la pintura mural. También hay pintura sobre tabla. Sigue usándose la pintura al temple, en la que el aglutinante es el huevo o la cola. Sólo en la segunda mitad de siglo, y empezando por Venecia comienza a introducirse el óleo.Los temas predominantes siguen siendo religiosos, aunque los mecenas privados comienzan a encargar la Mitología o las escenas históricas o el retrato.Estos artistas se diferenciaron del gótico precedente al colocar las figuras en espacios arquitectónicos que procuran representar con la debida perspectiva. El centro de atención es la figura humana, cuyas proporciones volvieron a normalizarse. Se perfeccionó así la tridimensionalidad y se sentaron las bases del estilo renacentista. hay una serie de pintores que enlazan perfectamente con el gótico internacional. Mantienen rasgos como los fondos dorados de las imágenes religiosas o la atención minuciosa al detalle. Como figura que anticipa el Quattrocento puede citarse, en el centro de Italia, a Gentile da Fabriano, aunque hay dos pintores que, partiendo del gótico internacional, están ya trabajando en algo distinto, son Fra Angélico y Masolino da Panicale, maestro de Masaccio. Masolino se distinguió por una mayor preocupación por la representación fiel del espacio. Este rasgo lo tomaría su alumno, perfecciona las reglas de la perspectiva.
Massacio: Fue el primer gran pintor del renacimiento italiano cuyas innovaciones en el empleo de la perspectiva científica abrieron el periodo de la pintura moderna. Cassai, nació en San Giovanni Valdarno, cerca de Florencia en 1401. En 1422 pasó a formar parte del gremio de pintores florentinos. Su personal estilo pictórico debe poco a otros maestros, si exceptuamos la gran figura del siglo XIV, Giotto, aunque hay una gran diferencia entre ambos, los personajes de Giotto recuerdan piedras labradas, mientras que los de Masaccio parecen de carne y hueso. Masaccio estará más influido por el arquitecto Brunelleschi y por el escultor Donatello, contemporáneos con los que comparte una visión artística renovadora, estableciendo juntos las bases del nuevo lenguaje renacentista. De Brunelleschi adquiere el conocimiento de la proporción matemática, crucial para la recuperación de los principios de la perspectiva científica. De Donatello adopta su conocimiento del arte clásico que le aparta para siempre del estilo gótico. Masaccio inaugura una nueva aproximación naturalista en el arte de la pintura, que atiende más a la simplicidad y unidad de la composición, a la representación del espacio tridimensional que a los detalles y decoración. Sólo sobreviven cuatro obras atribuidas con certeza a Masaccio, si bien se le han atribuido otras pinturas total o parcialmente. Todas sus obras, retablos o frescos de iglesias, se centran en el tema religioso. Otra de las grandes innovaciones de Masaccio es el empleo de la luz en el modelado del cuerpo y los ropajes se observa en la serie de frescos de la capilla Brancacci en la iglesia de Santa Maria del Carmine de Florencia. En ellos, Masaccio refleja en el espacio pictórico el equivalente a un foco lumínico único y creando así un juego de luces y sombras (claroscuro) que proporciona a los temas un aspecto natural y realista desconocido en el arte anterior. Se trata de una serie de seis frescos, entre los que El tributo de la moneda y La expulsión del Paraíso se consideran obras maestras. La obra de Masaccio ejerció una profunda influencia en la evolución del arte florentino posterior, en especial en la obra de Miguel Ángel.
Otros pintores de la primera mitad de siglo:
Pablo ucello: Puso en práctica fue el escorzo, una de las técnicas más difíciles. Se esforzó por representar la figura humana desde todas las perspectivas posibles. Sus Cuadros de Batalla (la batalla de San Romano) contienen escorzos forzados que demuestran su maestría a la hora de reflejar posturas diversas.
Andrea del Castagno, influido por Masaccio y Giotto, se centra igualmente en la figura humana, a la que dota de una monumentalidad prácticamente escultórica.
Fra Filippo Lippi, discípulo de Masaccio, quien dentro de su pintura religiosa, sobresale por la originalidad del paisaje y la elegancia nerviosa en el dibujo, que influyó decisivamente en Botticelli.
Piero della Francesca:Fue el pintor más importante del periodo central del quattrocento y también el primero en intentar aplicar de manera sistemática la perspectiva geométrica a la pintura.Nació en Borgo San Sepolcro, un pequeño pueblo del sur de la Toscana, hacia 1420. estudió arte en Florencia, aunque desarrolló su carrera en otras ciudades entre las que destacan Roma, Urbino y Arezzo. Recibió una fuerte influencia tanto de Masaccio como de Veneziano. La solidez y rotundidad de sus figuras derivan de Masaccio, mientras que de Domenico tomó el gusto por los colores delicados y las escenas bañadas por una luz natural fría y clara. A estas influencias añadió un innato sentido del orden y la claridad. Escribió tratados sobre geometría y perspectiva, además de reflejar ambos temas en sus obras. Concibió la figura humana como un volumen cuya correcta articulación en el espacio es posible gracias a una rigurosa construcción plástica y a una utilización nueva de la luz. Casi todas sus obras son de carácter religioso aunque su sereno y noble díptico del duque de Urbino en el que retrata a Federico de Montefeltro y su mujer Battista Sforza es una de sus pinturas más famosas. El punto culminante de su carrera fue la serie de grandes frescos La leyenda de la Vera Cruz para la Iglesia de San Francesco en Arezzo, en los que presenta escenas de sorprendente belleza, con taciturnas y majestuosas figuras fijadas en un espacio claro, cristalino. Estos frescos se caracterizan por los grandes contrastes —tanto en el tema como en el tratamiento— que crean un poderoso efecto de grandiosidad. Así por ejemplo, los desnudos de la Muerte de Adán contrastan con las figuras ataviadas suntuosamente de Salomón y lareina de Saba, y la brillante luz diurna del Triunfo de Constantino con la oscuridad del Sueño de Constantino. Además, cada fresco se organiza en dos secciones —dos espacios cuadrados dentro de una estructura rectangular— que contribuyen a crear un marcado sentido del ritmo. Los últimos trabajos de Piero della Francesca muestran una probable influencia del arte flamenco, que supo asimilar sin traicionar con ello su personal estilo monumental. En obras tales como la Pala Brera se aprecia, una preocupación por el detalle y un tratamiento de la naturaleza muerta típicamente flamencos. Ciertos aspectos de su pintura tuvieron una significativa importancia en pintores del norte de Italia como Mantegna y Giovanni Bellini, así como también en Rafael, pero su arte fue, en general, demasiado individual y personal como para influir con fuerza en la gran corriente de arte florentino.
Botticelli: Desarrolló un estilo personalísimo, caracterizado por la elegancia de su trazo, su carácter melancólico y la fuerza expresiva de sus líneas. Botticelli, nació en Florencia.Más tarde fue discípulo de Fra Filippo Lippi. Trabajó con el pintor y grabador Antonio del Pollaiuolo, del que aprendió el dominio de la línea.
Hacia 1470 Botticelli ya tenía su propio taller. Dedicó casi toda su vida a trabajar para las grandes familias florentinas, especialmente los Médicis, para los que pintó retratos, entre los que destaca su Retrato de Giuliano de Medici. La adoración de los Magos no fue encargo de los Médicis pero en él pintó a los personajes con rasgos muy parecidos a los de dicha familia. Como integrante del brillante círculo intelectual y artístico de la corte de Lorenzo de Médicis, Botticelli recibió la influencia del neoplatonismo cristiano de ese círculo, que pretendía conciliar las ideas cristianas con las clásicas. Esa síntesis se expresa en La primavera y en El nacimiento de Venus, probablemente, son las obras más conocidas de Botticelli. Aunque los expertos no han llegado a la interpretación definitiva de estos dos cuadros, sus elegantes personajes, que forman diseños lineales abstractos bañados por una suave luz dorada, podrían representar a Venus como símbolo del amor tanto cristiano como pagano. Botticelli también pintó temas religiosos, principalmente tablas de Vírgenes, como La Virgen escribiendo el Magnificat, La Virgen de la granada y La coronación de la Virgen, todas ellas en los Uffizi, y Virgen con el niño y dos santos. Entre sus otras obras de tema religioso destacan San Sebastián y un fresco sobre San Agustín . En 1481 Botticelli fue uno de los artistas llamados a Roma para trabajar en la decoración de la Capilla Sixtina del Vaticano, donde pintó los frescos Las pruebas de Moisés, El castigo de los rebeldes y La tentación de Cristo.En la década de 1490, cuando los Médicis fueron expulsados de Florencia y el monje dominico Girolamo Savonarola predicaba la austeridad y la reforma, Botticelli sufrió una crisis religiosa, aunque no abandonó la ciudad, donde moriría en 1510. Sus obras posteriores, como la Pietá y sobre todo la Natividad mística y la Crucifixión mística expresan una intensa devoción religiosa, y un retroceso en el desarrollo de su estilo.
Otros pintores de la segunda mitad del siglo:
Florencia Benozzo Gozzoli es un pintor de frescos alumno de Fra Angélico. En el Palacio Medici Riccardi, se encuentra su obra más conocida, el «Viaje de los magos».
Domenico Ghirlandaio muestra su preocupación por los detalles cotidianos en los objetos y las vestimentas, de manera que más que pintura religiosa parece en ocasiones de género.Otros autores florentinos de la época fueron Filippino Lippi, los hermanos Pollaiolo, Andrea del Verrocchio (maestro de Leonardo) y Piero di Cosimo .Umbría En la zona central de Italia surge la Escuela de Umbría, que presta particular atención al marco en que se encuadraban las escenas religiosas, creándose un paisaje sereno y armonioso . Destaca Pietro Vanucci, llamado el Perugino (maestro de Rafael), que destacó por sus personajes afeminados y sentimentales, dentro de un orden simétrico. Pintó la «Entrega de las llaves a San Pedro» en la Capilla Sixtina, obra que logra la tridimensionalidad y recuerda en su composición, inevitablemente, a Los desposorios de la Virgen de Rafael. Padua y Ferrara Más al norte, hay dos escuelas locales, las de Padua y Ferrara. Destaca Andrea Mantegna, quien se complace en mostrar su gran habilidad con la perspectiva, realizando monumentales representaciones de los cuerpos humanos casi estatuarias. Venecia Finalmente, en Venecia comienza una escuela regional propia, que siente las influencias orientales del mismo modo que le alcanzan antes los avances técnicos del Norte de Europa. Antonello da Messina, siciliano, se formó en Flandes, y a su vuelta a Italia trabajó en el norte de la Península, donde difundió el uso del óleo y también el tratamiento objetivo de la realidad a la hora de representarla en un cuadro. Características de esta escuela es su gusto por el color y también la importancia que se le da a la representación realista del paisaje. Las figuras más emblemáticas de este momento pertenecen a la familia Bellini siendo el más destacado de sus miembros Giovanni Bellini, en cuyo taller se formarían Giorgione y Tiziano.