La Reconquista es el proceso de conquista del territorio musulmán por parte de los reinos cristianos del norte. Este proceso, como tal, se da a partir del siglo XI. Las causas fueron: la debilidad de Al-Ándalus, tras la caída del Califato de Córdoba (época de taifas); el importante aumento de la sociedad cristiana, ; la ideología cristiana y la propia naturaleza expansiva del sistema feudal o feudalismo.La situación inicial en el año 1040 era:El Reino de León abarcaba la actual zona de Galicia, Asturias, León, Palencia y Norte de Portugal; el Reino de Castilla que era la parte oriental del Reino León el cuál se había independizado; el Reino de Navarra, que abarcaba también parte de La Rioja; el Reino de Aragón que es la zona norte de Huesca; y los Condados Catalanes que contenían Cataluña (a excepción de Tarragona).

La Reconquista se dividió en dos fases:

La primera de 1040 hasta 1150 y la segunda de 1150 hasta 1270.

Primera fase (1040-1150)

Esta fase se divide en dos zonas: la conquista occidental o la del valle del Tajo y la conquista oriental o la del valle del Ebro. Occidente: después de la descomposición del Califato de Córdoba, Fernando I, primer rey de Castilla y León, conquistó los territorios despoblados al sur del Duero (hasta Ávila) y Coímbra y obligó a diversas taifas a pagarle tributos. Esto hizo que se convirtiera en un reinado fuerte el cual dominaba a Al-Ándalus. Alfonso VI continuó la expansión y ocupó Toledo en 1085 que permitió la conquista de poblaciones situadas entre el Sistema Central y el Tajo, tras esa victoria se proclamó emperador de las Españas. Los musulmanes pidieron auxilio a los almorávides que entraron varias veces en la Península y derrotaron a los reyes cristianos consiguiendo detener la expansión cristiana en el siglo XI; al ser derrotados los almorávides en el año 1140, llegaron los almohades, otro imperio islámico africano.Oriente: Alfonso I el Batallador, último rey de Pamplona y Aragón contuvo a los almorávides y dio un gran impulso a la conquista avanzando sobre los territorios de la taifa musulmana de Zaragoza. Por otra parte, el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV completó la conquista del territorio catalán con la ocupación de Tortosa y Lleida en los años 1148 y 1149 respectivamente.

Segunda fase (1150-1270):

Esta fase, tmb se divide en 2 zonas Occidente: la derrota de Alfonso VIII por los almohades en Alarcos en el 1195 frenó temporalmente la conquista cristiana pero volvieron a la conquista tras derrotar a los almohades en las Navas de Tolosa en 1212 donde lucharon los reyes de Castilla, Aragón y Navarra abriendo el camino hacia el valle del Guadalquivir. Entre 1226 y 1249, Portugal completó su expansión al adquirir las tierras de Algarve y se convierte en reino independiente al inicio de esta fase. Por otro lado Castilla y León se unen y separan varias veces hasta quedar completamente unidos en el reino de Castilla reinado por Fernando III el Santo, el cual se anexionó a la taifa de Murcia y ocupó Andalucía (Córdoba en 1236, Jaén en 1246 y Sevilla en 1248) exceptuando Granada donde se quedó reducido Al-Ándalus. Navarra se independiza totalmente pero permanece en sus fronteras. Aragón y Cataluña quedan unidos por el matrimonio del Conde de Barcelona y la heredera de Aragón.Oriente: Alfonso II acabó la ocupación de la taifa zaragozana conquistando Caspe y la fundación de Teruel en el 1171. Los condes de Barcelona habían conseguido dominar las tierras de Occitania y Provenza, posteriormente los reyes de Aragón mantuvieron esta orientación expansionista. El rey de Aragón, Pedro II el Católico fue derrotado por un ejército de cruzados franceses en la batalla de Muret en 1213, su hijo Jaime I, firmó el Tratado de Corbeil en 1258 donde cedía todos sus derechos en Occitania a Luis IX de Francia. La Corona de Aragón orientó su expansionismo hacia los territorios de Al-Ándalus y el Mediterráneo, Jaime I expulsó a los musulmanes de Mallorca, Valencia y Denia en 1229, 1238 y 1245 respectivamente.Al terminar la segunda fase quedan definidos los terrenos de las dos grandes coronas: La Corona de Castilla y la Corona de Aragón. Cuyas fronteras se acuerdan mediante una serie de tratados: El Tratado de Tudilén al final de la primera fase en 1151 y El Tratado de Almizra al final de la segunda fase en 1244. La conquista de los territorios fue equitativa tanto para la Corona de Aragón como para la Corona de Castilla.

LA REPOBLACIÓN: MODELOS

A lo largo de la Edad Media, los reinos cristianos fueron asentando nuevos pobladores tanto en tierras inhabitadas como en tierras ganadas a los musulmanes. A este proceso se le reconoce como repoblación.Este proceso se inició con una serie de objetivos que variaron según los reinos de la Península:Objetivo militar o estratégico: Por la necesidad de fortalecer las zonas más despobladas y vulnerables ante los enemigos. Estas repoblaciones tuvieron lugar en tierras fronterizas, como el Camino de Santiago.Objetivo económico: Se aprovecharon muchas tierras para el uso agrario o ganadero, donde desempeñaron un papel muy importante los monasterios benedictinos, cluniacenses o cistercienses, como centros de colonización y puesta en valor de los territorios.Objetivo político: Destaca en la reconquista de la mitad sur. Los monarcas fomentaron las repoblaciones fortaleciendo los municipios con la concesión de fueros o cartas pueblas, como por ejemplo Ciudad Real para contrarrestar el poder militar de Calatrava.Las repoblaciones en la parte norte del valle del Duero se dieron en los siglos IX y X. Los mozárabes del sur y los montañeses del norte ocuparon impulsados por los reyes una tierra abandonada por los musulmanes a causa de las sequías. Esta ocupación de tierras que inicialmente pertenecían al rey tuvieron su origen en la iniciativa real y más adelante en el impulso de los monasterios (Galicia especialmente). Como en Castilla, el clan familiar roturaba la tierra y la ponía en valor reclamando el reconocimiento de su propiedad (aprisio). La mayor parte del territorio quedó constituido por parcelas libres feudales (alodios).Las repoblaciones entre el Duero y el Tajo (España Occidental) se dieron a finales del siglo XI. Los cristianos ocuparon ciudades semi-abandonadas por los musulmanes, a las que los reyes dotaron de fueros o cartas pueblas para atraer a pobladores que trataban de escapar de los vínculos feudales. La cuidad acabó convirtiéndose en un feudo colectivo gobernado por las oligarquías urbanas. En cambio, al sur del Tajo, el protagonismo era para las fuerzas militares debido al peligro de las invasiones de los almohades y los almorávides.Las repoblaciones en Andalucía, Extremadura y La Mancha (España Occidental) se dieron a partir del siglo XII. La reconquista de un territorio venía seguida de la expulsión de los musulmanes. Las tierras se convertían en tierras sin propietario (res nulius), y se repartieron como grandes feudos en la nobleza y las órdenes militares quienes tomaron la responsabilidad de repoblarla, sobre todo en Extremadura y La Mancha (en su parte oriental tuvo bastante importancia la repoblación concejil).Las repoblaciones en Cataluña (España Oriental) fueron similares a las del valle del Duero y se dieron durante el siglo XI. En Cataluña quedaron igualmente despoblados extensos territorios del interior, al ser el paso de militares musulmanes o francos. Se repoblaron las tierras según la modalidad ya estudiada en Castilla, existiendo unos campesinos libres, propietarios de tierras libres o alodios. A partir del siglo X la entrega de tierras particulares da lugar a formas feudales.En el valle del Ebro (España Oriental), las repoblaciones se dieron a partir de la primera mitad del siglo XII, eran diferentes a las de Castilla y Cataluña porque el desierto estratégico no existió. El desalojo del poder musulmán se realizó frecuentemente por acuerdo pactado. Fue muy importante la población musulmana o mudéjar y las ciudades ocupadas por mozárabes.En Valencia, Mallorca y Murcia (España Occidental) se inauguró una nueva modalidad de repoblación: el repartimiento. Se entregaban grandes extensiones, medianas e incluso propiedades de terreno a personajes que habían colaborado con la reconquista. Es perceptible en nuestros días en numerosos pueblos de Cartagena: Los Nietos, Los Urrutia… y menos visible en Valencia.

LA ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LA ESPAÑA CRISTIANA

Los reinos hispánicos medievales presentaban una organización socioeconómica bastante similar, fundamentada en la sociedad estamental.

El feudalismo se implanto pronto en la zona que estuvo bajo la influencia franca como el caso de los condados catalanes. Hacia el siglo XI, la necesidad de proteger el territorio llevó a los nobles a prescindir de la autoridad de los condes, a organizar sus propias fortalezas y ejércitos y a recaudar impuestos. Convirtieron su cargo con las posesiones que comprendía en hereditario. Muchos campesinos se pusieron bajo la protección de un señor y se convirtieron en siervos. En los otros territorios peninsulares se produjo la consolidación de las instituciones feudo-vasalláticas, con la imposición de vínculos familiares y de linaje entre los miembros de la nobleza. Se crearon múltiples señoríos laicos y eclesiásticos. La situación del campesinado se hizo más dependiente, a partir del desalojo musulmán. La necesidad de protección hizo que muchos campesinos libres evolucionasen hacia un régimen de independencia que los convirtió en siervos. En el siglo XIII toda la Península Ibérica estaba regida por una red de relaciones señoriales en las que los nobles obtenían rentas de sus propiedades y ejercían derechos jurisdiccionales mientras los campesinos, se encontraban sometidos a la jurisdicción social. Había tres estamentos:
nobleza y clero (los privilegiados)
y estado llano (campesinado y burguesía).Dentro de la nobleza se diferencia la alta nobleza que con las repoblaciones se convirtió en propietaria de grandes extensiones de tierra, y la pequeña nobleza que al finalizar el proceso de reconquista fue paulatinamente empobreciéndose. La vinculación de la tierra a los linajes nobiliarios se consolidó en el siglo XIV con la institución del mayorazgo. El clero era también detentador de grandes señoríos, cuyos ingresos se completaban con el diezmo. Los campesinos constituían la mayor parte de la población, en el norte predominaban los campesinos libres y propietarios de tierras pequeñas y en el sur grandes señoríos nobiliarios y eclesiásticos trabajados por campesinos. La burguesía se expandió notablemente en el siglo XIII con el crecimiento de las ciudades donde se desarrolló las actividades de manufacturas y comerciales. Existían también dos minorías sociales que vivían marginadas en barrios y que a menudo fueron perseguidas: los judíos que habitaban en las juderías de las ciudades y se dedicaban a la artesanía y el comercio, y los mudéjares que se hallaban en Navarra y la Corona de Aragón y se dedicaban al cultivo de la tierra.

EL REINO DE ASTURIAS

La zona norte de la península se vio libre del intento de conquista por parte de los musulmanes debido a diferentes motivos: el clima, el terreno y que los musulmanes vieron que el coste de la conquista iba a ser muy elevado para una menos recompensa y que por tanto la conquista no merecía la pena.En la zona de Asturias existía una población prerromana: los astures. A esta zona llegaron algunos nobles visigodos huidos de las tierras del sur huyendo de los musulmanes. Uno de estos nobles llegó a ser reconocido por los astures como “rey” (Don Pelayo). La primera victoria militar de Don Pelayo fue la Batalla de Covadonga (722).La primera capital se estableció en Cangas de Onís. Pelayo y sus sucesores lograron establecer una dinastía o monarquía, que estableció si primera corte en la ciudad de Oviedo. Los cronistas y especialmente la iglesia consolidaron la idea de que este reino es el heredero del antiguo reino visigodo. Establecieron relación con otros poderes de la Europa cristiana, como por ejemplo Alfonso II que fue reconocido por Carlomagno. Alfonso II continuó con la expansión del territorio hacia la zona de Galicia y, durante el reinado de Ordoño I y Alfonso III los asturianos dieron un importante salto y comenzaron a poblar los territorios del valle del Duero. Este terreno se pudo habitar debido al considerable aumento de la población del Reino de Asturias y por el gran número de mozárabes que huían de Al-Ándalus. El símbolo principal de este cambio es el traslado de la capital a León (914) por parte de Ordoño II, lo que terminó con el Reino de Asturias, que pasó a ser el Reino de León.

EL CAMINO DE SANTIAGO

En el reinado de Alfonso II se encontró la Tumba del Apóstol Santiago de Compostela en el 814 convirtiendo a Galicia en un importante centro de peregrinación aumentando la influencia del reino de León. Sancho III el Mayor favoreció las peregrinaciones a Santiago de Compostela y convirtió Nájera en punto clave de la ruta jacobea, creando monasterios, como el de Santo Domingo de La Calzada y dotando a las zonas del Camino de caminos, puentes, hospitales,…. A su vez, los monarcas de Navarra, Aragón, Castilla y León también estimularon dicha construcción de monasterios, puentes, caminos y hospitales con la voluntad de atraer a los peregrinos. A partir del siglo XI se convirtió en una ruta muy transitada, al convertirse en uno de los principales centro de peregrinación de la Cristiandad, y en la vía de entrada de nuevas ideas, costumbres y mercancías de distintos puntos de Europa. Entre los puntos más importantes del camino de Santiago están: Arzúa, Sarria, Frómista, Santo Domingo de la Calzada,… Gracias a esto, se expandieron también los estilos artísticos Románico (San Martín de Frómista y la Catedral de Santiago, aunque está muy reformada) y Gótico. El tránsito de un elevado número de peregrinos favoreció el florecimiento de nuevas y prósperas ciudades, como Burgos y Astorga; el desarrollo de las actividades artesanales y fue el lugar de difusión de los modelos de los fueros.

EL REINO DE NÁJERA

La corte de Navarra fue trasladada a Nájera tras la destrucción de Pamplona por Abderramán III en el 924. El nuevo rey García Sánchez repobló los nuevos territorios e impulsó los monasterios de la zona (San Millán de la Cogolla). Su bisnieto Sancho III el mayor otorgó fuero a Nájera, favoreció las peregrinaciones a Santiago y convirtió a la ciudad en un punto clave en la ruta jacobea. Durante el reinado de Sancho III se amplió el reino a Castilla y Aragón, aunque a su muerte se dividió el territorio entre sus hijos, dejando la zona de Navarra y La Rioja a su primogénito García Sánchez III. Don García extendió sus dominios por la Rioja Baja, conquistando Calahorra a la taifa de Zaragoza, además fundó el Monasterio de Santa María la Real como sede episcopal y creó la primera orden de caballería (de la Jarra). Murió en la batalla de Atapuerca en lucha contra su hermano Fernando I de Castilla (1054).Su sucesor fue Sancho IV, que resistió los ataques del rey de Castilla, pero fue asesinado por su hermano Ramón, despeñándolo por un barranco, haciendo que los Aragoneses entraran en Navarra y los castellanos se quedaran con los territorios riojanos. Los territorios fronterizos, como Calahorra o Nájera fueron incorporados al reino de Castilla por Alfonso IV que alegaba derechos hereditarios. Desde ese momento, La Rioja y Navarra quedaron definitivamente separados.