GENERACIÓN DEL 14 Y NOVECENTISMO. 

CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL.

En 1914 empieza una nueva etapa para Europa que pone fin a las actitudes decimonónicas, y España sufre profundos cambios. La crisis de 1917 significa el fin del turno de partidos. Frente a la vieja oligarquía se alza ahora una pequeña burguesía reformista mientras las fuerzas obreras ganan protagonismo. Tras la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1929) que tuvo la oposición de los intelectuales, las nuevas formas políticas dieron el advenimiento de la Segunda República en 1931. En España la literatura significa el relevo de modernistas y noventayochistas que dejan paso a otros escritores e intelectuales a los que se ha aplicado la etiqueta de Generación del 14 o “novecentistas”. En 1914 escribió el noventayochista Azorín “otra generación ha llegado” formada por nuevos críticos, historiadores, filólogos, eruditos y profesores. Al tiempo que los novecentistas van imponiendo la cultura española, la Europa de la época vive una situación convulsa políticamente y artísticamente. Se desarrollan las vanguardias que pretenden combatir la cultura anterior y que en un clima de gran efervescencia estética proponen romper radicalmente con la herencia artística del siglo XIX. La introducción de las vanguardias en España coincide con el Novecentismo, con el que comparten muchos rasgos de modo que difícilmente se puede diferenciar entre ambas.

NOVECENTISMO Y GENERACIÓN DEL 14. CONCEPTO.

Es el movimiento cultural que en España en la segunda década del siglo XX se opone a lo que se considera propio del ochocientos. En el campo literario se tiene por decimonónicos a los del Romanticismo, Realismo, Modernismo y Generación del 98. Los novecentistas señalan el cansancio de las formas anteriores y preconizan una literatura diferente, por lo siguiente:

En 1914 Ortega da un discurso sobre “Vieja y nueva política” patrocinado por la “Liga de Educación Política” a la que pertenecen Azaña y Américo Castro.

En 1915 Ortega funda la revista España, que es reformista. Se inicia también la tertulia del café de Pombo, donde Gómez de la Serna preside a nuevos escritores.

En 1916 Cansinos-Asséns publica “La nueva literatura”

Se renueva intelectuales de las entidades derivadas de la Institución Libre de Enseñanza, como “Residencia de Estudiantes” (1911)

Aparecen una serie de publicaciones periódicas como El Sol (1917) que da importancia a la información internacional y cultural; Revista de Occidente (1925) fundada por Ortega y Gasset. En la segunda década del siglo XX tenemos un “clima intelectual distinto” con ciertas características. Por eso se llaman así los escritores nacidos casi todos en la década de 1880 (novecentismo y Generación del 14). El término Novecentismo lo había utilizado en 1906 Eugenio D’Ors para designar aquellas tendencias que se despegaban de las formas artísticas o literarias heredadas del siglo XIX. Lo significativo de 1914 (1ª Guerra Mundial) ha hecho que a los novecentistas se les llame también Generación del 14. El Novecentismo alcanzó su madurez entre 1914-1920 convivió con las vanguardias y con la Generación del 27 en los años veinte e inició su ocaso ideológico y estético con la politización de la literatura a partir del 1930.

IDEOLOGÍA DEL NOVECENTISMO.

En lo político nacen del reformismo burgués que comprende actitudes que van de un liberalismo puro a posiciones social-demócratas. Ortega, Marañón o Azaña son muy importantes porque desempeñan en la defensa de los ideales republicanos. En lo cultural el Novecentismo supuso la unión de un tipo de intelectual diferente. Frente a la bohemia modernista y el autodidactismo de los novenchaoyochistas, los novecentistas son hombres con una sólida preparación universitaria desde la que se pretende el análisis sereno, objetivo y distante de los problemas, que son sustituidas por una voluntad de claridad racional. Estos orígenes intelectuales explican muchas de las características comunes a estos escritores. 

Común a todos es la reacción contra actitudes decimonónicas. Hasta el 98 y el Modernismo les parecían epígonos del siglo XIX. Ortega en 1916 se proclama muy del siglo XX. 

El antirromanticismo ya que en todos ellos son frecuentes las declaraciones de poco románticos y el fervor por lo clásico.

Racionalismo. Frente al irracionalismo modernista y al gusto por la paradoja y la contradicción de autores como Unamuno, los novecentistas prefieren el rigor intelectual y el análisis frío y objetivo de las circunstancias y la claridad explosiva.

El europeísmo. Frente al casticismo, los novecentistas se caracterizan por su europeísmo. Atienden a lo universal, resistiéndose a encerrarse en lo nacional. De esto deriva su desprecio del flamenquismo y preferencia por lo urbano frente a lo rural.

LA ESTÉTICA NOVECENTISTA.

Los novecentistas presentan una serie de orientaciones comunes. El punto de partida de la nueva estética sería la reacción contra las formas decimonónicas, lo que conduce a posiciones antirrománticas y al rechazo de un realismo trivial. De ese rechazo de la herencia decimonónica derivan las principales características: 

La huida del sentimiento: se rechaza lo sentimental y lo pasional y por el contrario se prefiere lo clásico, las actitudes equilibradas y serenas y la expresión intelectualizada de las emociones, lejos de todo patetismo, por lo que se impone la pulcritud, el distanciamiento y el equilibrio. 

El intelectualismo es el producto de la preocupación por evitar lo sentimental. 

-Carácter elitista: la búsqueda de la objetividad y de la perfección hace que las obras de estos autores entrañen grandes dificultades de comprensión para el lector común. Las obras se dirigen a entendidos. Se trata de una literatura concebida para minorías. 

Ideal de un “arte puro”: un arte que se propone como juego estético, el arte ha de tener entidad por sí mismo, ha de ser pulcro y no debe dejarse contaminar por lo psicológico y lo sociológico. El arte tiene que limitarse a dar placer estético y no debe servir de vehículo de preocupaciones religiosas o políticas ni de emociones privadas. Frente a un arte como expresión de la vida el arte es ahora concebido como algo autónomo de la vida, lo que conduce en ocasiones a convertirlo en un mero juego intelectual, que raya a veces en la frivolidad. 

Estilo fundamental la preocupación por la composición de las obras y por el lenguaje. Es un estilo muy cuidado, pulcro y depurado, con una gran atención a los aspectos formales. El escritor huye de lo fácil y desmañado. La prosa recurre a la función estética del lenguaje por lo que se crea un poema en prosa y la prosa lírica. 

AUTORES DE LA GENERACIÓN DEL 14. 

ENSAYISTAS. 

-José Ortega y Gasset (1883-1955) fue la figura cumbre del Novecentismo, por su labor como filósofo, periodista y ensayista, y también por su interés por las nuevas formas del arte europeo. Por sus colaboraciones periodísticas y su activa presencia en la vida cultural se convirtió en una figura intelectual de referencia. “Meditaciones del Quijote” (1914) “España invertebrada” (1921) “El tema de nuestro tiempo” (1923) “Ideas sobre la novela” (1924) “La deshumanización del arte” (1925) “La rebelión de las masas” (1930). 

Eugenio D’Ors (1882-1954) utilizó el seudónimo de Xenius. Fue crítico de arte, filósofo y articulista de un género propio, las “glosas” breves e ingeniosos comentarios sobre las novedades culturales y políticas de España y Europa que recogió en su Glosari (1906). Acuñó el vacablo noucentisme, término catalán. Fue el principal impulsor de la corriente artístico-literaria en Cataluña. Entre sus obras destacan “Tres horas en el Museo del Prado” (1923) “Lo barroco” (1935) 

-Manuel Azaña (1880-1940) destacado político e intelectual, fue corresponsal en Francia e Italia durante la 1ª Guerra Mundial. Dirigió la revista literaria La Pluma y el semanario político España. Publicó distintos ensayos sobre Juan Valera, Ángel Ganivet, el Quijote… también compuso dos narraciones autobiográficos “El jardín de los frailes” (1927) “La velada de Benicarló” (1939) “La corona” (1932). 

Américo Castro (1885-1972) autor de muchos ensayos y estudios históricos y de crítica literaria. Algunos son “Vida sobre Lope de Vega” (1919) “Santa Teresa de Jesús” (1929) “El pensamiento de Cervantes” (1925).

Gregorio Marañón (1887-1960) catedrático de la facultad de Medicina de Madrid, sus ensayos gozaron d gran prestigio internacional. Además de sus obras científicas, compuso distintos ensayos históricos sobre figuras relevantes de la cultura española. “El conde-duque de Olivares” (1936) “Ensayo sobre el origen de una leyenda” (1940) 

POETAS. 

Juan Ramón Jiménez (1881-1958) tras una primera etapa modernista (“Arias tristes” 1903) se acercó al intelectualismo novecentista con su concepción de la poesía pura. “Diario de un poeta recién casado” (1916) “Eternidades” (1918) “Poesía” (1923) “Belleza” (1923). La poesía de Ramón Jiménez arranca del modernismo y se va orientando hacia una poesía pura. Se distinguen tres etapas en su trayectoria. La época sensitiva que coincide con su etapa modernista, desde poemas iniciales hasta 1915, caracterizados por la suave musicalidad, tono melancólico, rasgos sensoriales y el simbolismo (“Arias tristes”, “Baladas de primavera”). La época intelectual desde las publicaciones de 1916, donde desaparecen los rasgos modernistas, son breves y densos de gran dificultad, dirigida a entendidos, es una poesía pura, conceptual, de elaboración minuciosa (“Eternidades”, “Piedra y cielo”, “Poesía”). La época suficiente o verdadera que corresponde con la poesía del exilio, donde se acentúa la depuración poética, la introspección y la indagación metafísica (“En el otro costado”, “Dios deseado y deseante”) 

NARRADORES. 

-Gabriel Miró (1879-1930) con unas novelas caracterizadas por el estatismo, la descripción minuciosa de las sensaciones, la reducción de la acción al mínimo, la perfección formal y el intenso lirismo. “Nuestro padre San Daniel” (1921) “El obispo leproso” (1926). 

Ramón Pérez de Ayala (1880-1962) cultivó un tipo de novela filosófica e intelectual que con técnicas novedosas y una prosa muy cuidada dan prioridad a las ideas sobre la acción. “Velarmino y Apolonio” (1921) “Tigre Juan” (1928). 

Wenceslao Fernández Flórez (1879-1964) trabajó como comentarista político y crítico literario. “Volvoreta” (1917) “El secreto de Barba Azul” (1923)