Personajes de «La casa de Bernarda Alba»
Bernarda
Su nombre significa «con fuerza de oso» Es la encarnación hiperbólica de las fuerzas
represivas. Representa las convenciones morales y sociales más añejas: Ha interiorizado plenamente
la mentalidad tradicional vigente. Reconoce la importancia de las críticas: el «qué dirán», la
apariencia, la buena fachada aun cuando no se corresponda con la realidad. Opone a los impulsos
eróticos la decencia, la honra, la obsesión por la virginidad. Tiene una concepción tradicional del
papel de la mujer frente al del hombre (a las mujeres se les exigirá mayor rigidez; a los hombres
«todo se les consiente»). Su orgullo de casta le hace tener conciencia de pertenecer a una capa social
superior y por ello impide un noviazgo de Martirio (por razones sociales) “los hombres de aquí no
son de su clase”. A todas las hijas les recuerda a qué obliga pertenecer el ser «de su clase», el haber
nacido «con posibles». Su autoridad y su poder aparecen claramente simbolizados por el bastón, que
siempre lleva en escena, y el lenguaje prescriptivo (órdenes, prohibiciones, «Silencio»). De ella
otros personajes piensan de forma despectiva, la describen muy bien,»tirana», «mandona»,
«dominanta». Aparece en ocasiones como un varón (en una de las mejores dramaturgias de la obra
su papel fue representado por un actor) Su poder irracional ( “No pienso, yo ordeno”), va unido a un
claro voluntarismo, a la ceguera que le hace tomar sus deseos por realidades, un querer que las
cosas sean como su voluntad dispone (“Aquí no pasa nada”). Con toda esa fuerza y grandeza,
Bernarda se sitúa entre los grandes personajes del teatro universal.- Las hijas
Todas las hijas viven entre la reclusión impuesta y el deseo del mundo exterior («querer
salir»). Todas ellas están más o menos obsesionadas por lo erótico. Estos anhelos eróticos pueden ir
unidos (o no) a la idea del matrimonio, único cauce permitido para salir de aquel encierro. Las cinco
hijas de Bernarda encarnan un abanico de actitudes que van de la sumisión o la resignación a la
rebeldía.
ANGUSTIAS
39 años; hija del primer matrimonio Heredera de una envidiable fortuna que
no tarda en atraer, pese a su edad y su falta de encantos a Pepe el Romano. Ha perdido la ilusión y
la pasión ya.
MAGDALENA
30 años Por una parte da muestras de sumisión, pero puede sorprendernos
con amargas protestas. Ella hubiera preferido ser un hombre, ya que ya ha abandonado la idea de
casarse.
AMELIA
27 años; Es quizás el personaje más desfigurado: resignada, medrosa y tímida. Su
nombre significa «sin miel» .
MARTIRIO
24 años Es un personaje más complejo. Pudo haberse casado, si su madre no
se hubiera interpuesto, es enferma, depresiva y pesimista. Está enamorada de Pepe el Romano y esta
pasión la lleva hasta una irreprimible vileza.
ADELA
20 años Es la encarnación de la abierta rebeldía, la más joven, hermosa,
apasionada, su vitalismo (traje verde), su fuerza, su pasión le hacen prorrumpir en exclamaciones
escandalosas: «¡Mi cuerpo será de quien yo quiera!» o «¡Lo tendré todo!». En desafío abierto con la
moral establecida, está dispuesta a convertirse en querida de Pepe el Romano aunque sea ponerse
una «corona de espinas». Su momento culminante es cuando rompe el bastón de mando de Bernarda
en un arrebato de rebeldía trágica. Su nombre significa «de naturaleza noble».
Otros Personajes
MARIA JOSEFA
La abuela. En sus palabras se mezclan locura y verdad. Se hace portavoz
de un anhelo común «¡Déjame salir!» y con sus apariciones agranda líricamente los problemas
centrales: la frustración de las mujeres, el anhelo de matrimonio y de maternidad, el ansia de
libertad, de espacios abiertos, …
LA PONCIA
Vieja criada: interviene en las conversaciones y en los conflictos, hace
advertencias, da consejos, hasta tutea a Bernarda, pero ésta no deja de recordarle las distancias que
las separan. Ella asume su condición pero está llena de un rencor contenido. Tiene conversaciones
con las hijas de modo abierto y descarado, al hablar de lo sexual aportará un elemento de contraste
y turbias incitaciones. se caracteriza por su sabiduría rústica, por su desgarro popular y por el sabor,
la riqueza y la creación de su habla.
LA CRIADA
Tiene un menor relieve que Poncia y también participa del rencor hacia el ama
(y hacia el difunto marido, que la acosaba), aunque se muestra sumisa e hipócrita. Obedece a la
Poncia pero es altanera y ruda con la mendiga
PEPE EL ROMANO
No aparece en escena pero está omnipresente. Es la encarnación del
Hombre, del «oscuro objeto del deseo», con todo lo que se va diciendo de él se compone un retrato
suficientemente perfilado. Pero tiene su doblez: va detrás del dinero de Angustias, pero enamora a
Adela, se convierte así en el papel «catalizador» de las fuerzas latentes.
Y entre los personajes visibles se establecen cuatro formas fundamentales de relación:
a) Relaciones entre señora y criadas: odio y clasismo: Estas relaciones están dominadas
por el odio y el resentimiento de clase. Su precedente literario puede hallarse, tal vez, en La
Celestina. Tanto Poncia como la Criada odian a Bernarda: murmuran contra ella y desean su mal.
Sin embargo, en la medida en que la temen, no se atreven a enfrentarse directamente con ella. Las
relaciones entre Bernarda y Poncia, no obstante, son peculiares, ya que son de la misma edad yPoncia lleva 30 años sirviendo en casa lo que la autoriza a tomarse ciertas confianzas.
b) Relaciones entre la madre y las hijas: Están presididas por el autoritarismo y la rigidez
de una educación que condena a las hijas a obedecer sin cuestionar las órdenes maternas. Este
autoritarismo se ejerce desde el peso de la tradición y de la moral: el cabeza de familia manda y los
hijos obedecen. Esta educación se basa en el miedo y en la negación de la libertad. Fruto de tal
opresión será la rebeldía de Adela, que, al final de la obra, se enfrenta directamente con su madre,
rompe su bastón y proclama su independencia.
c) Relaciones entre las hermanas: odio y envidia: En primer lugar, Angustias es odiada
por todas sus hermanas que murmuran contra ella y la critican; es, además, envidiada por su
riqueza, causa determinante de su proyectado matrimonio con el Romano. Por su parte Angustias
odia también a sus hermanas, se siente envidiada y se muestra recelosa. En segundo lugar, Martirio
envidia a Adela por su juventud, su belleza, su salud y porque mantiene relaciones con Pepe el
Romano. Esta envidia provoca su odio, que se refleja en una constante vigilancia y en una actitud
permanentemente agresiva. Adela, por su parte, odiará a su hermana Martirio. Finalmente, en las
relaciones entre las hermanas se establece una relación de afecto entre Magdalena y Adela, por un
lado, y entre Amelia y Martirio, por otro.
d) Relación entre Bernarda y sus vecinas: miedo y odio: Las vecinas del pueblo “temen”
a Bernarda por su carácter orgulloso y altivo, pero se guardan las apariencias, aunque en los
“apartes” las vecinas insultan a Bernarda.