La Alhambra: Castillo Rojo Nazarí

La Alhambra: Este topónimo no aparece por primera vez hasta finales del siglo IX, siendo conocido como el Castillo Rojo. Las primeras referencias se encuentran en las luchas del emir Abd Allah (888-912) contra los muladíes. Estuvo abandonado hasta que el rey judío Nagralla lo reconstruyó, con el fin de proteger el barrio judío. Hasta la época almohade, era fácil de asaltar.

La Alhambra Nazarí

Muhammad I se proclama sultán de Arjona y vasallo de Fernando III de Castilla. Inicialmente, se establece en el Albaicín, y más tarde comienza la construcción de la alcazaba de Granada (junto a la acequia del río Darro). Su visión era crear una ciudad palatina, no solo una fortaleza. A su hijo, Muhammad II, se le atribuye el inicio de la construcción de la ciudad palatina. Con Muhammad III se construyen el cementerio y la Puerta del Vino, entre otros. Es difícil fechar las partes, especialmente sin considerar la decoración.

La Mezquita Real es obra de Muhammad III, destacando su hermosa decoración con mosaicos. Las construcciones posteriores se deben a los reyes del siglo XIV, Yusuf I y Muhammad V, siendo esta la época más brillante. Lo más relevante de Yusuf I (el rey sabio) es su especial solidez y majestuosidad. Torres como la de Comares (con un salón en su interior) son el mejor ejemplo. También destaca la Puerta de los Siete Suelos, dañada por los franceses.

Muhammad V es responsable del Patio de los Leones y la conquista de Algeciras. La Alhambra actual se debe en gran parte a los 10 años de paz con los cristianos. Posteriormente, se produce un declive económico y disputas internas. Destaca también Muhammad VII, con la Torre de las Infantas. La Alhambra resistió hasta los Reyes Católicos. Sufrió reparaciones por los moriscos y sirvió como residencia real. No solo reyes, sino también nobles, artesanos y servidores vivían allí. Los Austrias la realzaron, mientras que los Borbones la descuidaron. Napoleón dinamitó torres.

Madinat Al-Zahra: La Ciudad Califal

En el 936, Abd al-Rahman III funda Madinat Al-Zahra, siguiendo el ejemplo del mundo islámico oriental, buscando reflejar la gran majestuosidad del califa. Contrario a la creencia popular, no fue fundada por una de sus favoritas, sino por razones políticas e ideológicas, buscando un nuevo estatus. Se ubica a una legua al noroeste de Córdoba, ofreciendo una gran visión, al pie de Sierra Morena. Se compone de tres terrazas superpuestas (dos de ellas pertenecen al Alcázar y la inferior al caserío urbano y la mezquita aljama). Tiene una forma rectangular de 1500m x 750m, rodeada por una gruesa muralla. Solo se ha excavado la parte norte. Cuenta con infraestructuras viarias e hidráulicas. Era independiente de Córdoba. Solo se ha excavado 1/10 de su superficie, y su esplendor duró solo 75 años (bajo Abd al-Rahman III y Al-Hakam II). Con Hisham II, comenzó la decadencia. Entre 1010 y 1013, sufrió saqueos y destrucción. Fue recordada por los poetas como la vieja Córdoba.

Estructuras Principales

  • Puerta Norte: Es la parte excavada, construida con sillares de piedra caliza aparejados a soga y tizón. Los exteriores se refuerzan con torres rectangulares, y en su interior tiene contrafuertes. Los caminos interiores (pavimentados con sillares calizos y piedra oscura procedente de la montaña) tenían numerosas puertas en recodo que responden a un método de defensa y control de acceso.
  • Pórtico: Era el lugar de paso de todas las embajadas y grandes recepciones. También tiene puertas en recodo para acceder a él, conservándose las jambas y quicialeras. Lo principal es la gran galería porticada de 15 arcos. El central es de herradura, y encima se encontraba un templete donde el soberano mostraría su grandeza, teniendo enfrente una gran explanada donde se concentrarían las tropas. Se tuvo que reformar abriendo puertas para una correcta evacuación de las tropas. La decoración de esta arquería es simple: enlucidos blancos y alternancia de dovelas de ladrillo y piedra.
  • Mezquita: Situada en el exterior del palacio para posibilitar el uso de la población. Su esquema básico consta de tres elementos: sala de oración, alminar y patio. La sala de oración tiene 5 naves separadas por arcos de herradura. Destaca también un pasadizo por donde entraba el califa, y los suelos estaban recubiertos de esferas de esparto (restos quemados). Exteriormente, la mezquita tendría un aspecto macizo y la decoración se concentraría en las puertas. Enfrente habría una casa de la Limosna. Fue el edificio más saqueado.
  • Salón Rico: El espacio más importante y ricamente decorado de Madinat Al-Zahra. Construido por Abd al-Rahman III entre 953 y 958, como está inscrito en las basas y pilastras de su interior. En su interior, dos baterías de arcos separan sus 3 naves, rematadas éstas por arcos ciegos. En el arco central se colocaría el Califa. La singularidad del edificio sería por el oeste sobre la piedra. El tema simbolizado en los tableros es el del árbol de la vida. En el interior se celebraron las recepciones de las embajadas y las fiestas, todo ello siguiendo un firme protocolo. No solo es destacable el interior del salón, sino también los 4 albercas y esplendorosos jardines que lo rodeaban, dando al salón un fuerte simbolismo religioso y político.

Cerámica Verde y Manganeso: Lujo Califal

La cerámica verde y manganeso es una cerámica de lujo, vidriada en blanco, decorada con óxidos de cobre y manganeso que les da un color verde y marrón o violeta. Es de época califal y aparece en la Península sin antecedentes directos. Tiene parecidos con la cerámica bizantina y china (bandejas, ataifores y jarros). Decoradas a la piedra seca, solo que se prescinde del elemento graso, se aplica el pincel bajo los óxidos. Pertenece a los siglos X y XI, casi desaparece en el XII, renace en el XIII, desaparece entre los siglos XIV y XVI, y reaparece en el XVII. En principio, se creyó que provenía de dos centros: Ibiza y Córdoba.

Hipótesis sobre su Origen

Hay varias hipótesis sobre su origen: gobernadores de las marcas, taifas artesanos tras el fin del califato (pero ahí antes de la fitna), y diáspora de Walíes. Ninguna hipótesis ha sido aceptada.

Tipología y Decoración

El ataifor tipo de Mallorca presenta una decoración más barroca y floral. En Al-Zahra se decora con simpleza, una franja central, quedando amplia superficie en blanco. En Mallorca, la decoración tiende al horror vacui por contraposición con Córdoba. Los temas más comunes de esta cerámica son simples: epigráficos, rectilíneos, vegetales, etc. Son escasos los ejemplos de decoración zoomórfica. La forma principal de esta cerámica es el Ataifor, teniendo cuatro variantes. Este tipo de cerámica prácticamente desaparece a lo largo del siglo XII debido a la austeridad de los almohades y almorávides. Será común en esta época la cerámica del verde monocromo.

La Mezquita de Córdoba: Un Legado Arquitectónico

Su construcción se inicia a finales del siglo VIII y es continuamente ampliada y restaurada hasta los almorávides, con Almanzor como último reformador. Hasta el siglo IX, la ciudad crece hasta que la población se vuelve la más extensa, rica y culta de Occidente, comparable solo con Bagdad y Constantinopla. Abd al-Rahman III llevará a su mejor momento a la mezquita, entre 912 y 961. Por representación y excelencia es el mayor monumento del arte califal, y sus continuas remodelaciones están en relación con el aumento y prosperidad de Córdoba. Comenzada a construir por orden de Abd al-Rahman I entre el 784 y 785, el solar estaba ocupado por un templo paleocristiano. La primera mezquita solo tenía 11 naves. El sucesor de Abd al-Rahman I, Hisham I, construyó un alminar en el patio, hoy desaparecido. Abd al-Rahman II amplió con 9 naves más, teniendo que derribar la quibla orientada al sur por Abd al-Rahman I. Sería Abd al-Rahman III quien amplió el patio, le puso cubierta de toldos, reforzó los muros de las paredes y construyó un nuevo alminar emulando al de Marrakech. Recordemos que debido a su interés en Medina no hizo más cosas.

Al-Hakam II mandó edificar doce nuevos tramos de nave, esto provocó la construcción de una nueva quibla, y del actual mihrab. También es de su época la maqsura (habitación cuadrada frente a la quibla, con un pasillo que comunica con la maqsura para no ser vistos). Las primeras columnas fueron reaprovechadas de época romana, por eso algunas miden 3 m y otras 3 y pico. Para ello se utilizó el cimacio, que iguala las columnas para que la línea de apoyo de los arcos sea la correcta. Los arcos de medio punto soportan el peso, mientras que los de herradura son decorativos. Ya con Al-Hakam desaparece la basa, puesto que las columnas están hechas para la ocasión. El capitel es muy particular, usa las hojas de acanto clásicas pero sintetizadas, es la llamada hojas de penca. El corazón de la Mezquita es la capilla mayor o catedral cristiana cuya construcción data del siglo XVI, a esta se añaden los púlpitos y el coro en el siglo XVIII. El haram, sala de oración de la Mezquita, está rodeado actualmente por capillas cristianas. El exterior aparece como un gran edificio no muy alto construido con piedra caliza de sillares cuadrados con muchos contrafuertes exteriores que no contrarrestan ningún empuje, solo el de los muros. Los muros están coronados por una merlatura. En el interior, la epigrafía y decoración vegetal dan rasgos de esplendoridad y lujo. A eso hay que sumar las teselas vítreas (color dorado) venidas de Bizancio por la relación de ambos imperios. Según la tradición, un Corán manchado con la sangre de Utman se guarda en un lugar secreto. La última ampliación fue a manos de Almanzor, que fue la más grande pero la menos lujosa. Además, cometió fuertes errores constructivos, buen ejemplo es que los arcos de medio punto fueron más estrechos. Todo estuvo marcado por la limitación del río, que le hizo construir en dirección este.

Fuentes para la Historia de Al-Andalus

Las fuentes para la historia de al-Andalus son incomparablemente más ricas que las que poseemos para épocas anteriores. Entre los historiadores que nos informan sobre el período, cabe destacar a Ahmad al-Räzï, que nace en Córdoba en el 885. Su obra fundamental lleva por título “Historia de los emires de al-Andalus” y es conocido como “Crónica del Moro Rasis”. Esta obra recoge la historia de la España islámica desde los primeros emires dependientes hasta los independientes. En pleno siglo X, surge la obra de Ibn al-Qütiyya (o Ibn al Kútiyya) muerto en 977 descendiente de godos como indica su nombre –el Godillo-, “Historia de la conquista de al-Andalus”. Entre los siglos X y XI, aparece la figura de Ibn al-Farradi (962-1013), que nos ha dejado una obra biográfica “Historia de los sabios de al-Andalus (a los sabios se les conoce como ulemas). Una figura fundamental de la cultura hispano árabe fue el polígrafo cordobés Ibn Hazm (994-1063), del que conservamos obras como (el collar de la paloma) y unas genealogías de las familias asentadas en al-Andalus. Coetáneo de Ibn Hazm era al-Kusanï (o al-Jusani), calígrafo de Al-Hakam II, que escribió una Vida de los cadíes de Córdoba por encargo del califa. También en estas fechas cabe destacar la figura de Ibn al-Fayad (989-1066), autor de una Historia de al-Andalus en la que encontramos pasajes referidos a la conquista del territorio peninsular. Posiblemente el más importante de los historiadores andalusíes fue Ibn Hayyän (988-1076), quien nos dejó una brillante Historia (al-Muqtabis), que sirvió de referencia a Ibn Idärï al-Marrolousi (el de Marraquech) para su obra “Relato extraordinario de la crónica de los reyes de al-Andalus y el Magreb”, del siglo XIII. Otro autor que tuvo en cuenta la obra de Ibn Hayyan para escribir su Historia de al-Andalus fue Ibn al-Atir (1160-1233). Al-Maqqarï (1591-1632) escribe una “Historia de las dinastías musulmanas de España”. Incluimos una crónica anónima, el “Ajbar Maymu” que nos informa sobre todo para el período de la conquista y la “Crónica Mozárabe” o “Crónica del 754”. El problema que presenta este material es que los relatos históricos de los acontecimientos están contados con posterioridad.