La Crisis del Antiguo Régimen y el Amanecer Liberal en España

La Guerra de la Independencia (1808-1814)

La alianza de Francia y España frente a Inglaterra permitió la entrada en la Península de los ejércitos franceses. La desconfianza popular frente a esa penetración masiva de tropas francesas, combinada con otros factores, desencadenaría una serie de acontecimientos que llevarían a lo que se ha llamado la Guerra de la Independencia. Mientras tanto, los liberales intentarían acabar con el Antiguo Régimen, aunque no lo conseguirían.

Carlos IV, el Príncipe de Asturias y Fernando VII se encontraban fuera de España mientras sucedía todo esto. Napoleón consiguió que estos renunciaran a la Corona, lo que significó que la Corona pasó a manos de Napoleón y este se la dio a su hermano, José I Bonaparte. Los españoles no aceptaron esto; ellos pensaban que Napoleón tenía a los reyes españoles secuestrados.

El vacío de poder producido por la falta de iniciativa de las autoridades tradicionales fue llenado por la formación de Juntas de Armamento y Defensa por todo el país. Las diferentes juntas que fueron creadas por todo el país formaron una Junta Central Suprema, que se encargaba de defender a los ciudadanos españoles de los franceses. Esta Junta partió de la idea de convocar Cortes para elaborar una Constitución. Sus miembros de la Corte decían representar a la nación y que eran depositarios de la soberanía.

La Quiebra de la Monarquía Absoluta

El historiador Josep Fontana nos presenta una tabla estadística de la quiebra de la monarquía absoluta. Esta gráfica refleja la evolución de los ingresos totales del Estado español durante un periodo de 45 años, comprendido entre los reinados de Carlos IV y Fernando VII, en el que se desarrolla la crisis del Antiguo Régimen.

Se reflejan en la gráfica tres componentes principales de los ingresos del Estado: los ingresos tributarios, pagados por los no privilegiados; los caudales de Indias, impuestos recaudados en América; y la deuda pública, que es el dinero recibido en préstamos.

En el primer periodo que se presenta en la tabla, desde 1788 a 1792, se refleja lo estable que era el Antiguo Régimen, en el cual los ingresos eran estables y los caudales casi cubrían la deuda que se debía. De 1793 a 1806, los ingresos bajan, pero los caudales subieron; aun así, no es suficiente para pagar la deuda. Este alto nivel de deuda fue aumentando hasta el punto de que el Estado fue incapaz de pagarla. Esta época coincide con la Guerra de la Independencia y cuando España pierde colonias en América, por lo que de 1814 a 1833 el país está arruinado.

Esta destrucción en la economía acabó con el sistema del Antiguo Régimen; esta crisis financiera fue la causa de la quiebra de la monarquía.

El Liberalismo y la Constitución de 1812

Principios Fundamentales del Liberalismo

El liberalismo es una ideología revolucionaria. Se distinguen dos tipos: liberalismo político y liberalismo económico. En esta época ejercía la monarquía absolutista de derecho divino.

El concepto básico de los liberales es la soberanía, no de derecho divino. La soberanía pertenece a la nación (conjunto de ciudadanos), rompiendo con la soberanía de derecho divino del Antiguo Régimen y creando una soberanía nacional donde el poder recae en el pueblo. Para ello, se crea un sistema representativo (donde se elige por sufragio a los representantes). Se dividen los poderes: el ejecutivo, que es el poder de obligar, recae en el Estado o el rey; el poder legislativo, que recae en el parlamento; y el judicial, en los jueces.

La relación entre el poder ejecutivo y legislativo (gobierno y parlamento) permite que unos puedan controlar a los otros, de tal forma que el parlamento puede decidir sobre la candidatura del gobernante. En el Antiguo Régimen había súbditos del rey, que eran personas con derechos y libertades que disfrutaban de ellos porque el rey así lo había querido. Pero los liberales rompen con eso y dicen que todo ciudadano, por ser hombre, tiene derechos. Se habla de derechos civiles (como el de la identidad o el desplazamiento) como derechos que recaían en todos los hombres (blancos). Los derechos políticos, como el voto o ser votado, no eran para todo el mundo; estos derechos recaían en las personas con mayor posición social y económica.

Los ciudadanos son aquellos que tienen derechos y libertades por ser hombres y son soberanos. Estos derechos y leyes se agrupaban en la Constitución, que es la ley suprema; ninguna ley puede ser contraria a la Constitución.

En el plano económico, los liberales deciden que el mercado tiene que ser libre. Así, la economía se regularía mediante la oferta y la demanda y la libre competencia. También tiene que haber libertad de trabajo, acabando con los gremios y los señoríos, y libertad de empresa. Una vez que se rompe con estos factores, el mercado queda libre.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

La Guerra de la Independencia tuvo también profundas consecuencias políticas. La ausencia de la familia real dejó en España un vacío de poder en las zonas sublevadas, en las que se crearon juntas para organizar la lucha. Por eso se organizó la Junta Central Suprema con el fin de crear un gobierno único.

En plena guerra, la Junta Central convocó las Cortes, que se reunieron en Cádiz por ser la única ciudad que los franceses no habían ocupado. La mayoría de los diputados eran liberales, aunque había una minoría, los serviles, que solo querían el regreso de Fernando VII y el mantenimiento del Antiguo Régimen.

Las Cortes elaboraron la Constitución de 1812, la primera Constitución de la historia de España. La Constitución de 1812 reflejaba los principios del liberalismo político, reconocía la soberanía nacional y la división de poderes, y establecía una declaración de derechos muy completa. Era una Constitución muy avanzada; por ejemplo, reconocía el sufragio universal masculino. La Constitución fue aprobada el 19 de marzo.

En el artículo 1, alude a las colonias españolas en Sudamérica, estableciendo que la Constitución también se aplicaría allí. En el artículo 8, habla de la abolición de los privilegios. En el artículo 12, deja claro que no hay libertad religiosa, que la única religión es la católica. En los artículos 15, 16 y 17, habla de la separación de poderes: el rey tiene el poder ejecutivo y legislativo, compartiéndolo con las Cortes. En el artículo 142, deja claro que el rey establece el veto suspensivo a las leyes. En el artículo 248, busca conseguir la unidad legal e igualdad jurídica mediante la existencia de un único fuero para todas las personas.

Además, las Cortes de Cádiz aprobaron muchas reformas que pusieron fin al Antiguo Régimen. Suprimieron el señorío, se abolió la Inquisición, desaparecieron los gremios y se declaró la igualdad de los españoles ante la ley.

Estos artículos, que fueron recogidos en la Constitución de 1812, junto con las leyes aprobadas por las Cortes de Cádiz, trataron de establecer un nuevo orden. Pero no entraron en vigor debido al regreso de Fernando VII tras la derrota de los franceses, quien anuló la Constitución, restaurando el absolutismo.

El Reinado de Fernando VII: Absolutismo y Liberalismo

El Retorno del Absolutismo y el Trienio Liberal (1814-1833)

La vuelta de Fernando VII en 1814 significó la derogación del régimen constitucional y el comienzo de un enfrentamiento político entre liberales y absolutistas.

Fernando VII vuelve a España. Los liberales esperaban que el rey jurase la Constitución de Cádiz, y los serviles que la aboliese y restaurase el Antiguo Régimen. El rey apoyó a los serviles, derogó la Constitución y las reformas aprobadas durante la guerra. Restauró los privilegios, haciendo que volviera el Antiguo Régimen. Fernando VII gobernó de forma absoluta durante seis años. Los liberales fueron perseguidos y muchos de ellos marcharon al exilio para evitar la cárcel. Los liberales y parte del ejército trataron de restaurar el liberalismo mediante pronunciamientos, pero estos fracasaron.

En 1820, triunfó un pronunciamiento liberal dirigido por el coronel Riego, que proclamó la Constitución de 1812. El rey tuvo que jurar la Constitución, liberar a los presos y convocar a las Cortes. Entre 1820 y 1823, los liberales restauraron las reformas que se habían aprobado en la Constitución de Cádiz y formaron la Milicia Nacional.

La vuelta al poder de Fernando VII coincidió con una grave crisis interna. La Hacienda estaba sin fondos y la pérdida del imperio americano agravó aún más la crisis económica. Ante esta situación, el rey intentó modernizar el gobierno mediante la creación de un Consejo de Ministros, disgustando a los nobles. A esta situación se unió el problema dinástico. Debido a la Ley Sálica, en España no podían reinar las mujeres. Fernando VII no tuvo hijos varones, así que anuló la Ley Sálica para que su hija Isabel pudiese reinar. Los absolutistas no estaban de acuerdo con esto. Cuando Fernando VII murió en 1833, su viuda María Cristina se hizo con el poder, ya que Isabel era una niña. A su vez, Don Carlos se proclamaba rey de España. De esta manera, estallaba la Primera Guerra Carlista.

El Reformismo Borbónico y la Ilustración en España

El Sistema de Gobierno Borbónico

Con la nueva dinastía se introdujo un nuevo sistema de gobierno que modificó lo anterior. Las teorías que llegaban de Francia reforzaban el poder del rey, lo que hizo que la monarquía autoritaria castellana evolucionara y se extendiera por todo el reino. El sistema de gobierno de los consejos dejaba paso a otro, antecedente del futuro gobierno ministerial, en el cual el rey nombraba a un responsable de un área de gobierno. Desde 1721, se configuró un nuevo orden con cinco Secretarías de Estado que se encargaban de las relaciones exteriores. De los antiguos consejos, quitando la Inquisición, solo el de Castilla mantuvo sus atribuciones. Se abolieron los fueros aragoneses, valencianos y catalanes, pero no los de las provincias vascas y Navarra, de las leyes de Castilla.

El Reformismo Ilustrado

Carlos III intentó llevar a la práctica una serie de reformas en diferentes campos, inspirado en las principales ideas de la Ilustración. Este movimiento intelectual, producido en el resto de Europa, defendía la fe absoluta en la razón como único medio de entender el mundo. Los ilustrados creían que la humanidad, conducida por su inteligencia, podía alcanzar el conocimiento que para ellos era la base de la felicidad. Ilustrados como Montesquieu, Voltaire y Locke contribuyeron a difundir estos planteamientos entre los sectores letrados, incluso en España, donde la Inquisición impedía la penetración de estas ideas.

Los monarcas del siglo XVIII utilizaron este caudal de ideas y muchos ilustrados obtuvieron cargos importantes en la administración. Pero cuando estos hablaban de la desamortización, desaparición de privilegios, etc., a los privilegiados no les gustó esta idea, así que algunos acabaron procesados por la Inquisición.

Aspectos Socioeconómicos y Regionales del Antiguo Régimen

El Régimen Foral de las Provincias Vascas

El régimen foral significaba un sistema de gobierno que permitía mantener un cierto grado de autogobierno. Consistía en que los núcleos de población elegían a unos apoderados que les representaban en las reuniones que se celebraban cada cierto tiempo, las Juntas Generales. Se discutían asuntos importantes, como la administración de territorios, se aprobaban impuestos que habrían de cobrarse y se elegía a los integrantes del gobierno no foral de las provincias, que se encargaban de llevar a la práctica las decisiones que se acordaban en las Juntas Generales. El organismo que representaba eran las Cortes, las integraban algunos representantes como el clero, algunos nobles y los representantes de 38 pueblos y ciudades.

Este entramado institucional permitía a los territorios vascos un cierto grado de autogobierno, reforzado con medidas como el pase foral o derecho de sobrecarta, que permitía a los territorios forales no cumplir cualquier disposición de la Corona si se oponía a los fueros. La colocación de las aduanas en el interior, la exención de impuestos directos y la obligación de acudir a los llamamientos militares del rey, hacían de las provincias exentas un lugar privilegiado. La representación de pueblos y ciudades estaba controlada por quienes reunieran determinados requisitos económicos. Las principales ventajas consistían en una mayor protección frente a las arbitrariedades de la monarquía absoluta; por esta razón se impone la denominación de Provincias Exentas.

Las Villas y los Fueros Vascos en el Antiguo Régimen

Las villas eran núcleos de población establecidos en virtud de una Carta Puebla otorgada por el rey, relacionadas con el comercio y la industria. El proceso comenzó a finales del siglo XI en Navarra. Las Cartas Pueblas se inspiraron en los fueros municipales de Jaca y de Logroño. Además de garantizar la libertad de comercio dentro de la villa, otorgaban a sus moradores importantes garantías judiciales que los ponían a salvo de las arbitrariedades de la justicia feudal que imperaba en el campo. El conflicto con los intereses de los parientes mayores desembocó en las llamadas Guerras de Bandos.

Crítica Socioeconómica: Calatayud y el Comercio de la Lana

Este texto es un fragmento de Tratados y doctrinas prácticas sobre ventas y compras de lanas merinas, publicado por el cura Calatayud en 1755, en el que describe de forma crítica las relaciones entre comerciantes y ferrones, particularmente en Bilbao. Calatayud fue un sacerdote jesuita, profesor y famoso confesor de la burguesía vasca.

En el siglo XVIII, el comercio de Bilbao se apoyaba en la industria, fundamentalmente en el hierro, exportando principalmente a Inglaterra y Holanda. En esta época, los artesanos no tenían suficiente capital para poder producir en grandes cantidades su hierro. Esta situación conllevó a que dependieran de los anticipos de capital que les ofrecía el comerciante.

En este texto, explica en qué consistía el sistema de adelantos en Bilbao entre el comerciante y los ferrones. Se necesitaba una inversión previa para poder fabricar hierro; los comerciantes anticipaban este capital, pero más tarde los ferrones debían devolver el préstamo en producto elaborado. El problema es que la cantidad siempre era mayor que lo que el comerciante había invertido. Por ello, Calatayud describe cómo los comerciantes explotan a los artesanos siguiendo una serie de prácticas gracias a las cuales sus ganancias son mayores; de este modo, los comerciantes tienen el control de toda la producción. Con este problema, los artesanos pierden toda la independencia que tenían antes. Los ferrones no podían avanzar e independizarse de nuevo, no podían innovar, debido a que a los comerciantes la innovación les daba igual, ya que ganaban dinero.

Su imposibilidad de avanzar provocó los cuellos de botella. Este proceso se daba en Inglaterra y estaba avanzando debido a los nuevos combustibles que había; esto desembocó en la industrialización.

Crítica Social Ilustrada: Las Cartas Marruecas de Cadalso

Este texto es un fragmento de las Cartas Marruecas, escritas por José Cadalso a finales del siglo XVIII. Siguiendo el modelo de Montesquieu en las Cartas Persas, utiliza a su personaje marroquí para criticar la sociedad de España en ese momento.

José Cadalso era un noble que perteneció a la segunda mitad del siglo XVIII, época en la que el espíritu reformista de la Ilustración afectó a todos los ámbitos, aunque en España no tuvo la misma acogida que en otros países europeos debido a que en España pervivía el espíritu religioso y tradicionalista, y la Ilustración defendía la fe absoluta en la razón como medio para entender el mundo.

A lo largo del texto, ridiculiza a los nobles que viven en la ciudad y en las aldeas, en cómo se preocupan en demostrar y mantener su estatus social, considerando a los demás según su condición y no por sus méritos propios. Muestra la decadencia de la nobleza baja, su pobreza real y su intento de demostrar su superioridad gracias a su título de hidalgo.

Estos nobles tienen miedo a los cambios que hay en Europa, ya que muchos de su nivel social han perdido sus títulos. Cadalso, con este texto, quiere divulgar sus ideas y así poder mejorar la sociedad introduciendo ideas ilustradas.