Transformaciones Económicas y Sociales en Chile: Siglo XIX y Principios del XX
La Ocupación de la Araucanía
La ocupación de la Araucanía fue un proceso complejo con múltiples factores:
- El interés económico por esas tierras fértiles y la conciencia de la capacidad militar del Ejército.
- La frontera del Biobío, establecida en tiempos de la Colonia, favoreció el intercambio económico y cultural entre mapuches y españoles. Se intensificó el contacto comercial y se profundizó el proceso de aculturación.
- La aculturación es el proceso mediante el cual, paulatinamente, un pueblo pierde su cultura originaria y la reemplaza por una foránea.
- Este proceso fue fomentado desde el Estado y se materializó en la venta de tierras indígenas, inicialmente desde Arauco, a comerciantes y militares.
- El desplazamiento progresivo de la frontera hacia el sur generó problemas en la venta de tierras. Muchas de ellas se habían vendido más de una vez a distintos compradores, y grandes propiedades estaban en manos de compradores que no las usaban ni las dejaban ocupar, impidiendo la instalación de los colonos y su puesta en producción.
- Las tropas chilenas ocuparon por la fuerza el territorio para someter a los caciques de la costa de Arauco.
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Personajes clave:
- Orelie Antoine: Comerciante francés que se autoproclamó “Rey de la Araucanía”.
- Cornelio Saavedra: Coronel que inició el plan de ocupación militar del territorio mapuche.
- Entre 1861 y 1868, Saavedra logró someter efectivamente el territorio hasta el río Malleco y fortificó la frontera mediante la construcción de los complejos militares Lebu, Angol, Mulchén, Purén y Cañete.
- Hubo abusos que permitieron a los mapuches recuperar parte de los territorios usurpados en el transcurso de los años anteriores.
- La ocupación generó un cambio en las formas de vida de la sociedad mapuche y la estatización de las tierras ocupadas, que luego fueron rematadas o vendidas a chilenos, suizos, españoles, franceses y alemanes.
- Se crearon reducciones, que eran reuniones de población indígena organizada de forma comunitaria por las autoridades de Gobierno y asentada en un pueblo o en una localidad determinada.
La Explotación del Cobre
La explotación del cobre experimentó un auge debido a:
- La incorporación de nuevos yacimientos.
- La aplicación de modernas tecnologías a las faenas extractivas.
- El aumento de la demanda internacional.
- La excelente calidad de los yacimientos chilenos, que requerían bajas inversiones de capital para ser explotados.
- El descubrimiento de nuevos yacimientos.
- La creación de fundiciones que aplicaron métodos más efectivos para procesar el mineral.
- La difusión de los servicios del alumbrado eléctrico, el teléfono y el telégrafo en Europa, que se tradujo en un gran impulso para la producción cuprífera.
Los principales países importadores de cobre chileno eran España y Estados Unidos.
Empresas como Braden Copper Company (1904) y Chile Exploration Company (1912) jugaron un rol fundamental en la explotación del cobre.
La Era del Salitre
La explotación del salitre se remonta a la década de 1840, cuando el acelerado crecimiento de la población europea hizo necesario aumentar la producción de alimentos. Científicos europeos buscaron abonos más efectivos y derivaron en el descubrimiento del potencial fertilizante del salitre.
Jorge Smith (inglés) y Juan Gildemeister (alemán) fueron pioneros en la industria salitrera.
James Humberstone introdujo el sistema de procesamiento del salitre que consistía en la disolución del caliche en bateas calentadas por vapor. Este procedimiento permitió un mejor aprovechamiento del mineral, pues se pudo extraer salitre de baja ley que antes se perdía entre los residuos.
El Estado no contaba con capitales suficientes para hacerse cargo del total de la explotación, y la postura de los gobiernos liberales de la época era contraria a la creación de monopolios fiscales.
El auge del salitre se extendió entre 1870 y 1910.
El Auge del Carbón
El aumento de la demanda interna, generada como consecuencia de la explotación del salitre en el Norte Grande y la expansión de las redes ferroviarias a lo largo del país, impulsó la industria del carbón.
Empresas como la Sociedad Explotadora de Lota y Coronel, de Luis Cousiño, y la Compañía Carbonífera y Fundición Schwager, de los hermanos Pablo y Guillermo Délano y Federico Schwager, dominaron la producción.
Se desarrollaron centros urbanos como Lota, Coronel y Curanilahue, que albergaron a los trabajadores provenientes de los campos cercanos.
Las condiciones de trabajo eran duras: largas jornadas laborales, escasas medidas de seguridad y protección legal, y el salario pagado en fichas o vales que solo tenían validez dentro del campamento minero.
La Transformación Agrícola
La agricultura nacional inició un proceso de expansión que le permitió recuperarse del estancamiento derivado del cierre de los mercados de trigo en California y Australia en la década de 1870.
La tierra experimentó un leve proceso de fraccionamiento gracias a la aplicación de los reglamentos de herencia contemplados por el Código Civil, pero se mantuvieron bajo el control del mismo sector social.
Surgieron grupos de grandes y medianos propietarios agrícolas, muchos de los cuales fueron extranjeros.
Se produjo la incorporación de maquinaria a las faenas agrícolas, la rotación de cultivos, el uso de abonos y la diversificación de productos como respuesta a la demanda de alimentos desde el Norte Grande y las ciudades del centro del país.
Los principales productos agrícolas eran el trigo, la fruticultura, la vitivinicultura, las legumbres y tubérculos, y la ganadería.
El Impacto Económico del Salitre en el Estado
El auge del salitre permitió al Estado chileno contar con enormes recursos provenientes del impuesto cobrado a la exportación de salitre a partir de 1880.
Estos recursos se invirtieron en importantes obras públicas que contribuyeron al progreso del país, como la construcción de líneas férreas desde Iquique hasta Puerto Montt y el mejoramiento de las condiciones de vida urbana (alcantarillado, agua potable, tranvías, teléfonos y pavimentación de calles).
El puerto de Valparaíso se convirtió en un centro neurálgico del comercio.
El escaso nivel de industrialización generó una gran dependencia de las manufacturas extranjeras, principalmente de bienes de consumo y maquinarias introducidas a Chile por Valparaíso.
Surgieron nuevas instituciones financieras y se fortalecieron las ya existentes, como el Banco de Chile y el Banco de Valparaíso.
Transformaciones Sociales
Las transformaciones económicas posibilitaron una reestructuración del orden social que se expresó en el surgimiento de nuevos sectores y en un cambio cultural que modificó las relaciones sociales, alterando el estilo de vida de los diferentes grupos que componían la sociedad.
La Oligarquía
La oligarquía se caracterizaba por su poder económico y estaba conformada por la antigua aristocracia terrateniente y la burguesía. Su rol principal fue la dirección política del país.
Su estilo de vida se expresó en fastuosas construcciones (palacios, teatros, clubes y parques), suntuosas vestimentas y mobiliario importados de París, y la sofisticación del lenguaje, las actividades culturales y las diversiones.
La Clase Media
La clase media surgió en el siglo XIX y estaba conformada por militares, burócratas, pequeños comerciantes y empresarios, técnicos, profesionales, empleados públicos, artistas, profesores e intelectuales.
Su desarrollo se vio influenciado por el impulso dado desde el Estado a la educación y el crecimiento del Estado, pues la administración pública generó nuevos puestos de trabajo destinados a profesionales y técnicos que obtuvieron estabilidad y solvencia económica.
La clase media fue importante porque en sus filas se concentró el mayor contingente de profesionales y técnicos, y sus intelectuales contribuyeron al desarrollo de áreas como la filosofía, la historia y la literatura.
El Proletariado
El proletariado estaba compuesto por obreros y campesinos, que constituían el 57% de la población nacional en 1907. En el campo, predominaban el inquilinaje y el peonaje.
Los obreros fabriles y mineros sufrían las consecuencias de la inexistencia de regulaciones laborales que controlaran la explotación por parte de los empleadores. Las causas de su precaria situación eran las jornadas de trabajo que superaban las 12 horas diarias, la falta de seguridad en las faenas y de indemnización en caso de accidentes, los bajos salarios (pagados en fichas) y las condiciones de vida precarias, con insalubridad y hacinamiento en las viviendas obreras.
Surgió un proceso de organización y expresión de las ambiciones del proletariado, reivindicadas mediante protestas y huelgas reprimidas violentamente por la autoridad.