1. Por contacto con alimentos crudos (carnes, pescados, cáscaras de huevos, verduras…) que pueden llevar gérmenes desde su origen; por ejemplo, en los mataderos, los gérmenes pueden diseminarse por los canales desde el intestino de animales infectados. Estos gérmenes pueden contaminar otros alimentos directa o indirectamente a través de utensilios, equipos, maquinaria, ropa y manos (contaminación cruzada).
  2. Por los manipuladores de alimentos, directamente a través de:
    1. Las manos, que pueden acumular microorganismos procedentes del propio cuerpo (piel, mucosidades, heces…).
    2. Al hablar, toser o estornudar sobre los alimentos, se transportan gérmenes en forma de pequeñas gotas que las personas expulsan por la boca o la nariz, cayendo en los alimentos.
  3. Por contacto con objetos contaminados, tales como utensilios, mesas, maquinaria, paños que han sido mal lavados o expuestos a insectos o al aire contaminado.
  4. A través del polvo y la tierra, ya que las corrientes de aire o el barrido en seco, transportan gérmenes que pueden depositarse en los alimentos no protegidos.
  5. Por animales y sobre todo por insectos (moscas, cucarachas) y roedores, que pueden haber estado en contacto con excrementos o basuras, transportando gérmenes a los alimentos o ser ellos mismos portadores.
  6. Por el agua no potable en la preparación o lavado de alimentos, o en el lavado de utensilios que vayan a estar en contacto con ellos.

¿Cómo se conservan los alimentos y se destruyen las bacterias?

  1. Protegiendo los alimentos, para impedir que se contaminen.
  2. Evitando la multiplicación de las bacterias en los productos que se van a consumir, mediante el empleo de métodos de conservación apropiados.
  3. Destruyendo las bacterias presentes en los alimentos, aplicando técnicas como el cocinado o la esterilización industrial.