La Crisis de la Monarquía y el Desarrollo del Liberalismo en España (1808-1868)
1. La Crisis de la Monarquía y la Guerra de la Independencia (1808-1814)
1.1. La Crisis de la Monarquía de Carlos IV
La monarquía de Carlos IV se encontraba muy desprestigiada a principios del siglo XIX. Existía una crisis del sistema de gobierno, cuyas figuras más destacadas eran el rey, su esposa y Manuel Godoy.
La desamortización de Godoy en 1798 (venta de tierras de la Iglesia y la nobleza) para hacer frente a la crisis económica había enemistado a la Iglesia con el valido. Otro motivo de descontento fue la subordinación española a las necesidades de Francia. Una de las consecuencias de esta sumisión fue la derrota de Trafalgar (1805).
Más tarde, el Tratado de Fontainebleau (1807), un acuerdo con Francia, permitía que las tropas francesas ocuparan Portugal y lo dividieran en tres provincias, siendo una para Godoy. Esta política levantó el llamado «partido antigodoyista» o fernandino, integrado por nobles y clérigos que apoyaban a Fernando, Príncipe de Asturias.
El partido organizó una conspiración contra el rey (demostrada en el proceso de El Escorial, donde finalmente Fernando acabó pidiendo perdón por haber conspirado). En marzo de 1808 tuvo lugar el Motín de Aranjuez, que provocó la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando.
Aunque el motín parecía popular, la alta nobleza y clérigos participaron en él. Napoleón intervino en los asuntos de la familia española y la convocó en Bayona.
1.2. La Guerra de la Independencia (1808-1814)
El 2 de mayo de 1808, tras la salida de los últimos representantes de la familia real, el pueblo de Madrid se alzó contra los franceses, dando comienzo a la Guerra de la Independencia. Mientras tanto, en Bayona, Napoleón obligó a Fernando y a Carlos IV a abdicar en él para darle el trono a su hermano, José I de España.
1.2.1. Las Abdicaciones de Bayona y la Resistencia Española
La revolución se extendió a muchas localidades de España y se formaron juntas para organizar el gobierno y la defensa. Aunque se ha insistido en el origen popular de estos movimientos, una parte notable de cargos del antiguo régimen integraron juntas o dirigieron y organizaron la defensa frente al ejército invasor.
Los franceses intentaron instaurar por la fuerza en España un sistema de gobierno, plasmado en el Estatuto de Bayona, un texto redactado por ilustrados españoles siguiendo las imposiciones de Napoleón, pero en realidad era una carta otorgada. Todos los poderes estaban concentrados en el rey, pero el gran avance respecto al absolutismo y el antiguo régimen era que incluía una limitada declaración de derechos y algunas reformas de carácter liberal.
La ocupación de España no fue tan rápida como creía Napoleón. La victoria española en la batalla de Bailén (1808) obligó al rey José I a abandonar Madrid. Las tropas francesas se retiraron al norte del país. Napoleón, al mando de un ejército de 150.000 hombres, entró en Madrid el 2 de diciembre de 1808. Su hermano también regresó a la capital.
Mientras, un ejército inglés al mando del Duque de Wellington desembarcó en la península para ayudar a los portugueses en agosto de 1808. El ejército español colaboró con Wellington.
La victoria francesa en Ocaña en 1809 permitió a Napoleón ocupar casi toda España, quedando libres Cádiz y el este peninsular. Entre 1810 y 1812, Napoleón alcanzó el máximo control sobre España.
1.2.2. La Campaña de Rusia y el Fin de la Guerra
En 1812, la campaña de Rusia, comandada por Napoleón, le obligó a retirar tropas de España. Las tropas anglo-españolas se aprovecharon del debilitamiento francés. El avance anglo-español obligó a José I y a los franceses a abandonar Madrid y dirigirse a Valencia. Desde entonces, la guerra se inclinó del lado anglo-español.
La derrota francesa de 1813 en Vitoria precipitó el abandono de España de José I. Otra batalla inglesa en San Marcial obligó al ejército josefino a regresar a Francia.
Napoleón firmó con Fernando VII el Tratado de Valençay, por el que finalizaban las hostilidades en España y Fernando VII retomaba el trono.
1.2.3. La Guerrilla
La guerrilla fue el instrumento con el que el pueblo se defendió contra el invasor. Este fenómeno de resistencia popular surgió espontáneamente y pronto fue regulado por la Junta Central. Su base social eran campesinos y algunos partidos cayeron en el bandolerismo.
1.3. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
1.3.1. Formación de las Cortes
Al inicio de la Guerra de la Independencia, la población que se oponía a la ocupación francesa formó:
- Las juntas, que se formaron en muchas localidades ante el vacío de poder producido por la invasión. Estas juntas dieron lugar a las provinciales y estas promovieron la Junta Central.
- La revolución adoptó una forma jurídica con la convocatoria de Cortes por la Junta Central. Quienes defendían las reformas optaron por unas Cortes generales, elegidas por sufragio universal masculino indirecto y en las que la representación fuera la de la nación. Esta forma de convocatoria triunfó.
Durante la ocupación francesa, el pueblo español adoptó dos actitudes ante el ejército invasor:
- Patriotas: contrarios a la nueva dinastía impuesta por Napoleón. Entre ellos surgieron dos posturas:
- Los partidarios de la reforma adoptaron el liberalismo.
- Otros eran absolutistas, partidarios del antiguo régimen.
- Bando afrancesado: se comprometieron con la nueva dinastía de José I y colaboraron con ella.
Las Cortes de Cádiz se formaron en enero de 1810, en plena Guerra de la Independencia. Las Cortes se reunieron en Cádiz por ser fácil de defender y estar libre de franceses.
1.3.2. Composición y Funcionamiento de las Cortes
Entre los diputados existían:
- Un grupo que pretendía no modificar nada del sistema político absolutista.
- Otro grupo que pretendía un régimen intermedio entre el viejo absolutismo y el modelo constitucional.
- Los liberales, que proponían una cámara única que asumiera la soberanía nacional y elaborara una constitución que debía recoger las novedades aportadas por la Revolución Francesa. Esta última postura triunfó.
La composición social de los diputados mostraba a miembros de los antiguos estamentos junto a representantes de las clases medias urbanas. La burguesía no fue la única clase social protagonista de la revolución liberal. Parte del clero y de la nobleza la apoyaron, aunque la mayoría estaban del lado absolutista.
1.3.3. La Obra Legislativa de las Cortes de Cádiz
La obra legislativa de las Cortes de Cádiz representó una ruptura radical con los principios vigentes.
- El primer decreto de 1810 ya estableció que la soberanía residía en la nación y las Cortes asumían esa representación.
- Se proclamó la igualdad ante la ley, lo que supuso el fin de la sociedad estamental. Se estableció la igualdad entre españoles y americanos.
- Se aprobó un conjunto de reformas: libertad de imprenta, abolición de la tortura, suspensión de viejos tributos, abolición de la Inquisición y los antiguos consejos. Se implantó la desamortización de bienes del clero, la creación de las diputaciones provinciales, una reforma de hacienda y libertad de comercio e industria.
1.3.4. La Constitución de 1812
El 23 de diciembre de 1810 se creó la comisión encargada de elaborar un proyecto de constitución. Tras año y medio de discusión, se promulgó el 19 de marzo de 1812. Se conoció popularmente como «La Pepa».
Los diputados quisieron unir la tradición española con el nuevo espíritu revolucionario. Los principios de la Constitución fueron los siguientes:
- Afirmación de la soberanía nacional: el poder reside en la nación.
- Reconocimiento de los derechos y libertades individuales y de la igualdad ante la ley.
- División de poderes: el poder legislativo correspondía a las Cortes, el poder ejecutivo quedaba en manos del rey y del gobierno designado, y el poder judicial era independiente.
- La religión católica era la única de la nación española.
- Elección por sufragio universal masculino. Los candidatos debían tener renta propia.
- Creación de la milicia nacional para la defensa del sistema constitucional.
- Monarquía moderada: el rey promulgaba las leyes y tenía derecho a veto transitorio.
- Libertad económica con la suspensión de los gremios.
La Constitución apenas pudo aplicarse debido al contexto de la guerra. La restauración absolutista de 1814 la abolió. Se convirtió en un mito para el liberalismo y un modelo para revoluciones liberales.
2. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Tras el Tratado de Valençay (1813), Fernando VII regresó a España. En 1814 se introdujo un contexto internacional favorable al absolutismo: Napoleón había sido derrotado y la Santa Alianza unía a casi todas las monarquías europeas.
2.1. La Restauración del Absolutismo
Fernando VII desembarcó en Valencia en 1814 coincidiendo con el Manifiesto de los Persas (firmado por los diputados absolutistas). El Decreto de Valencia, de 4 de mayo de 1814, restauró el poder absoluto del monarca y abolió la legislación de las Cortes de Cádiz.
2.2. La Política Absolutista
La política aplicada por Fernando VII supuso la restauración de la Inquisición, los antiguos consejos, la Mesta, los gremios, el régimen señorial y las instituciones feudales. Se estableció la devolución de bienes desamortizados.
La represión significó cárcel, destierro o pena de muerte para los líderes liberales. El resultado de ello fue el primer exilio de la España Contemporánea.
2.3. La Crisis de la Hacienda
España debía enfrentarse a una guerra abierta por la independencia en las colonias americanas, mientras la Hacienda real estaba en la ruina. Se restauró el viejo sistema fiscal. El ministro Martín de Garay intentó remediar esta situación en 1817 estableciendo un sistema fiscal de contribución única y proporcional a los ingresos. Pero la oposición de la nobleza, el clero y los militares hizo fracasar la misión. Era preciso reformar la Hacienda real, a esto se negaban los grupos absolutistas.
2.4. El Pronunciamiento de Riego y el Inicio del Trienio Liberal
La represión iniciada en 1814 no detuvo la acción de los liberales. Se inició una serie de pronunciamientos militares entre 1814 y 1820; hubo hasta 8, todos fracasaron.
El 1 de enero de 1820 se sublevó el ejército de las Cabezas de San Juan (Sevilla) dirigido por Rafael de Riego. La revolución se extendió, por lo que el 7 de marzo de 1820 Fernando VII tuvo que jurar la Constitución de 1812. Comenzó así el Trienio Liberal.
3. El Trienio Liberal (1820-1823)
El Trienio Liberal comenzó tras el pronunciamiento de Riego. Fernando VII juró la Constitución de 1812 y se inició una labor legislativa para recuperar muchos decretos de las Cortes de Cádiz.
3.1. El Primer Gobierno Liberal
El primer gobierno liberal estableció un sistema de libertades políticas basadas en las Cortes de Cádiz, como la supresión de la Inquisición. Fue un periodo de reformas políticas y económicas basadas en las normas de las Cortes de Cádiz. Encontró dos vehículos de expresión:
- La prensa.
- Las sociedades patrióticas.
3.2. Los Enemigos del Liberalismo
La situación política de los liberales se topó con dos enemigos: la situación internacional, ya que predominaban las monarquías absolutas en Europa, y la actitud beligerante de Fernando VII, que conspiró para derribar el sistema constitucional.
Paralelamente, surgía el fenómeno juntero. Esto dio lugar a un doble poder: el del gobierno y el de las juntas, que representaban un liberalismo popular.
3.3. La División del Movimiento Liberal
Las diferencias dividieron el movimiento liberal en dos tendencias:
- Liberales moderados: deseaban un compromiso con las antiguas clases dominantes y el rey.
- Liberales exaltados: querían volver a la Constitución de 1812 y presentaban reformas radicales que llegaban a ser en ocasiones republicanas.
3.4. Las Medidas de los Gobiernos Moderados
De entre las medidas de los gobiernos moderados destacó la ley de supresión de órdenes monacales y reforma de regulares. La abolición de los gremios, la desamortización de los bienes de la Iglesia y la supresión de las vinculaciones y mayorazgos de la nobleza iban dirigidas a sanear la Hacienda.
3.5. La Crisis del Trienio
Los gobiernos estuvieron inmersos en una crisis constante. A las conspiraciones se sumaron las intrigas del rey y la acción de la guerrilla realista. A todo ello se suma la guerra de la independencia de las colonias y la intervención de la Santa Alianza.
El intento de golpe de estado de la Guardia Real (1822) cambió el signo de esta etapa. La conjura, fomentada por el rey, fue descubierta y frenada por la Milicia y el ayuntamiento de Madrid. A partir de ese momento se forman gobiernos exaltados y aumentó la presión.
3.6. La Intervención de la Santa Alianza y el Fin del Trienio
La Santa Alianza decidió intervenir y Francia envió a los Cien Mil Hijos de San Luis, que invadieron España en 1823. El gobierno y las tropas marcharon a Cádiz, en esta ciudad resistieron hasta septiembre.
El 1 de octubre de 1823 Fernando VII restauró su poder absoluto.
4. La Década Ominosa (1823-1833)
Los primeros años de la Década Ominosa fueron de una acentuada represión política. Muchos liberales abandonaron España; casi todos huyeron a Reino Unido y Francia, y conspiraron para derrocar a Fernando VII. Quienes no pudieron huir fueron perseguidos, encarcelados o ejecutados.
4.1. El Aparato Represivo Absolutista
El aparato represivo absolutista se articuló con:
- La Superintendencia General de Policía y de las Comisiones Militares.
- El Cuerpo de Voluntarios Realistas.
- Los tribunales de justicia.
- Las Juntas de Fe.
4.2. La Reforma de la Hacienda y la Administración
El decreto de 1 de octubre de 1823 restableció las instituciones anteriores a 1820. La labor de los gobiernos se centró en la reforma de la Hacienda y la administración. La pérdida de las colonias agravó aún más la crisis de la Hacienda. Era imprescindible una reforma fiscal que realizó Luis López Ballesteros.
Además, se llevaron a cabo cambios en la administración del Estado: creación del Consejo de Ministros, creación del Banco San Fernando y fundación de la Bolsa de Comercio.
4.3. Las Insurrecciones Absolutistas
Las reformas del antiguo régimen extendieron la idea entre los absolutistas de que Fernando VII estaba en manos de los liberales. Los más radicales se organizaron en torno a Carlos María Isidro (carlistas). Fruto de este clima fueron las insurrecciones absolutistas, la guerra de los agraviados.
4.4. La Pragmática Sanción y el Problema Sucesorio
El rey quería asegurar la sucesión. En 1830 se publicó la Pragmática Sanción que derogaba la Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres. En 1830 nace Isabel II. Comienza así el carlismo.
Este nacimiento alzó a la facción absolutista, que apoyaba a Carlos María Isidro. En mayo de 1833 se decretan dos amnistías que permitían el regreso de liberales. Fernando VII muere e Isabel II, con 3 años, fue proclamada reina.
5. La Regencia de María Cristina (1833-1843)
Fernando VII falleció en 1833 y tras su muerte se inició una etapa de transición marcada por una guerra civil. María Cristina ocupó la regencia y nombró un gabinete absolutista. Los entornos más absolutistas apoyaron a Carlos María Isidro, hermano del rey difunto, para tomar el poder. Don Carlos reclamaba la corona porque la Ley Sálica impedía a una mujer ser reina; comenzó así la Primera Guerra Carlista.
5.1. El Inicio de la Guerra Carlista
El inicio de la guerra obligó a la regente a cambiar el gobierno y en 1834 formó uno integrado por destacados políticos del Trienio Liberal. Este gobierno concibió el Estatuto Real de 1834. Las Cortes solo podían legislar a propuesta del monarca. El sufragio se limitaba a una minoría de rentas elevadas.
5.2. Las Reformas Progresistas
El Conde de Toreno se puso al frente del gobierno en 1835 y aplicó importantes reformas progresistas con ayuda de Juan Álvarez Mendizábal, ministro de Hacienda. La clausura de los frailes supuso la ruptura de relaciones con la Santa Sede y que el clero se uniera a la causa carlista.
La regente llamó a Mendizábal para formar gobierno. La desamortización de Mendizábal consistió en la nacionalización de las propiedades de la Iglesia y su posterior venta a propietarios afines a la causa liberal para sanear la deuda pública. El decreto de desamortización se convirtió en ley en 1837.
5.3. La Constitución de 1837
Los progresistas ganaron las elecciones de 1836, pero la corona no aceptó este cambio. Entonces se produjo la rebelión de un grupo de suboficiales del palacio de La Granja (Segovia). El motín dio lugar a un cambio de gobierno, el cual restableció parte de la legislación de las Cortes de Cádiz y del Trienio Liberal.
Lo más importante fue la convocatoria de unas Cortes que elaboraron la Constitución de 1837, la cual reconocía el principio de soberanía nacional compartida entre las Cortes y el rey, y establecía que las Cortes pasarían a ser bicamerales (Congreso de Diputados y Senado).
La ley electoral de 1837 tuvo un carácter moderado. El sufragio universal masculino se sustituyó por el censitario, por el que solo los mayores contribuyentes tenían derecho a voto. Esta ley inauguró una práctica común: el falseamiento de los resultados.
5.4. El Ascenso de Espartero
Los gobiernos moderados se vieron condicionados por el poder militar de los generales Narváez y Espartero. El motín progresista en Madrid obligó a cambiar el gobierno. Espartero fue nombrado regente y María Cristina renunció al trono.
6. La Regencia de Espartero (1840-1843)
Se inició el llamado «régimen de los generales»: Espartero era el líder de la corriente progresista dentro del liberalismo. Fue autoritario y, cuando no consiguió apoyo entre los progresistas, recurrió a los moderados para aprobar leyes.
6.1. La Política de Espartero
Espartero exigió ser regente único y apostó por el librecambismo. En 1841, O’Donnell protagonizó un levantamiento que fracasó.
6.2. La Crisis de la Regencia
En 1842 comenzó la crisis de la regencia de Espartero, quien sufría un aislamiento internacional por la conspiración de los moderados y de María Cristina (con ayuda de Narváez). En 1842 se produjeron los sucesos de Barcelona.
El textil catalán se vio amenazado por la política librecambista, que permitía la entrada de tejidos británicos. En este contexto, una recluta de soldados derivó en tumultos callejeros. Espartero se ocupó de la represión del motín y ordenó el bombardeo de Barcelona.
6.3. La Caída de Espartero
Tras perder las elecciones de 1843, el regente disolvió las Cortes. Espartero renunció a la regencia y se exilió. Esta situación obligó a adelantar la mayoría de edad de la reina, con tan solo 13 años.
7. La Guerra Civil Carlista (1834-1840)
El programa carlista se resumía en la defensa de la religión, el absolutismo monárquico, el foralismo y los privilegios del antiguo régimen. Sus bases sociales fueron el clero, el campesinado pobre, la nobleza y sectores de las clases medias defensores de los fueros.
7.1. Las Fases de la Guerra
La Primera Guerra Carlista se inició tras la muerte de Fernando VII y sus fases fueron:
- Desde finales de septiembre de 1833: hubo brotes armados y se formaron dos zonas de guerra abierta (las provincias vascas y el norte de Cataluña), a las que se sumaron partidas de guerrilleros de Aragón, Galicia, Asturias o La Mancha.
- Desde 1835 a 1837: con su difusión a todo el territorio nacional.
- De 1837 a 1839: esta fase acabó con el triunfo de las tropas gubernamentales.
7.2. La División del Carlismo y el Convenio de Vergara
Dentro del carlismo surgió una división. Triunfó la postura conservadora, lo que permitió la firma del Convenio de Vergara de 1839 entre los generales Espartero (isabelino) y Maroto (carlista). En él, se prometía el mantenimiento de los fueros vascos, los cuales Espartero incumplió. Esto prolongó la guerra en Cataluña y Aragón hasta la derrota definitiva en Morella en 1840.
8. La Década Moderada (1844-1854)
Los cinco grandes partidos del reinado de Isabel II fueron, según su tendencia desde la izquierda hasta la derecha: el Demócrata, el Progresista, la Unión Liberal, el Moderado y el Carlista.
8.1. El Sistema de Partidos
Las características de este sistema de partidos eran:
- Una práctica electoral sometida a la corrupción y el arreglo.
- La gran influencia de los líderes.
- La renuncia a participar en elecciones, como pasaba en ocasiones por lo viciado del sistema electoral.
- El uso de elementos simbólicos de raíz histórica.
La escasa participación en las elecciones hacía del pueblo analfabeto y sumido en la pobreza una masa fácilmente manipulable. Consecuencia de ello fue un sistema electoral en el que sólo participaban los mayores contribuyentes. La maquinaria electoral estuvo siempre al servicio del gobierno gracias a las leyes electorales de 1837 y 1846, que daban mucho poder a los jefes políticos locales (llamados luego caciques). Estos negociaban los resultados a cambio de favores mediante la creación de una densa red de clientela.
8.2. El Ascenso de los Moderados
Entre 1843 y 1844 se desmanteló el influjo de Espartero en la sociedad y la administración. Joaquín María López ocupó la presidencia del gobierno, convocó elecciones, disolvió la Milicia Nacional, anuló las juntas revolucionarias y formó nuevos ayuntamientos. Propusieron adelantar la mayoría de edad de Isabel II; el gobierno aceptó y en 1844 juraba como reina constitucional a los 13 años.
8.3. El Gobierno de Narváez
Se conoce como «década moderada» la etapa de predominio de este partido entre 1844 y 1854. Narváez presidió cuatro gobiernos. Como presidente, Narváez modeló un Estado centralizado y uniforme a través de una prolija legislación:
- Se suspendió la venta de bienes desamortizados.
- El Plan Pidal (1845) estableció el modelo educativo imperante en la España del siglo XIX.
- Una nueva Constitución (1845), la tercera, de corte moderado. Basada en el liberalismo más conservador, establecía la soberanía compartida. El Senado pasó a ser elegido por designación real.
- Leyes de administración local y provincial (1845): los ayuntamientos pasaron a ser elegidos por los mayores contribuyentes.
- La nueva ley de la Hacienda (1845).
- Se creó la Comisión Nacional de Codificación de la que surgieron los códigos fundamentales: el de Comercio, el Civil, el Penal, etc.
Estos cambios dieron lugar a una nueva administración y aumentó el número de funcionarios. Muchos de estos cambiaban según el gobierno de turno, práctica de las cesantías.
8.4. Los Problemas del Gobierno de Narváez
Narváez tuvo que enfrentarse no solo a progresistas y demócratas, sino también a rebeliones militares, motines urbanos, una segunda guerra carlista y a las intrigas palaciegas de la camarilla de la reina. Dentro del partido moderado había tres tendencias. Creó los gobiernos civiles y perfeccionó el sistema de corrupción electoral. Tuvo que hacer frente al contagio de la revolución parisina en 1848. Comenzó con un pronunciamiento en Madrid, se extendió a otras ciudades, pero fracasó por su mala organización.
8.5. La Segunda Guerra Carlista (1846-1849)
El fin de la Segunda Guerra Carlista acentuó el autoritarismo del gobierno de Narváez, convertido en dictador con el voto de confianza del Congreso.
8.6. El Gobierno de Bravo Murillo
Desde 1851 hasta 1852, Juan Bravo Murillo presidió el gobierno. Su principal objetivo consistió en sanear la deuda pública. Se firmó el Concordato de 1851 con la Santa Sede, que restableció las relaciones entre ambos estados: religión católica única, con exclusión de otros cultos; se reconoció el derecho de la Iglesia a adquirir y poseer bienes; se permitió la existencia limitada de órdenes religiosas masculinas; y se creó la contribución de culto y clero, lo que suponía que el Estado mantenía a la Iglesia con cargos a los presupuestos.
9. El Bienio Progresista (1854-1856)
Con la inestabilidad política, un grupo de militares se pronunció el 28 de junio bajo el mando de los generales Dulce y O’Donnell. En Vicálvaro tuvo lugar el pronunciamiento militar conocido como «la Vicalvarada». Los sublevados se retiraron a Manzanares, donde el general Serrano sugirió que el levantamiento tuviera un giro civil. Así, encargaron a Cánovas del Castillo la redacción del Manifiesto de Manzanares, en el que se pedía una serie de reformas liberales como una nueva Milicia Nacional y unas Cortes constituyentes.
9.1. El Gobierno de Espartero
Esta etapa estuvo dirigida por dos caudillos militares: Espartero, líder de los progresistas puros, y O’Donnell, de la Unión Liberal (partido formado por progresistas y moderados).
El primer gobierno presidido por Espartero tomó importantes decisiones como el ascenso de los militares que habían participado en la revolución, la convocatoria de elecciones a Cortes constituyentes, la tolerancia religiosa y el exilio forzoso de María Cristina. Se tuvo que hacer frente a un nuevo levantamiento carlista.
9.2. La Ley de Desamortización de Madoz
La Ley de Desamortización de Madoz de 1855 fue el segundo proceso de desamortización y afectó a los bienes de la Iglesia y los municipales, dejando así a campesinos sin tierras. Esta ley llevó a otra ruptura de relaciones con la Santa Sede.
9.3. La Crisis del Gobierno de Espartero
Otro problema era la deuda pública. Estos y otros problemas llevaron a la dimisión de Espartero y la reina llamó a O’Donnell para formar un nuevo gobierno.
9.4. La Constitución Non Nata
Las Cortes elaboraron la Constitución de 1856, conocida como «Non Nata» (no nacida), porque no llegó a entrar en vigor.
9.5. El Auge de la Unión Liberal
Se formó la Unión Liberal, de perfil político central. La derecha estaba representada por los carlistas y neocatólicos, y la izquierda por los demócratas (partido fundado en 1849).
9.6. El Fin del Bienio
El malestar social provocado por los impuestos de consumos y las quintas dio lugar a la intervención de O’Donnell, que rodeó con tropas el Congreso y disolvió el parlamento. Finaliza así el Bienio Progresista y daba comienzo otra etapa caracterizada por la Unión Liberal de O’Donnell.
10. La Vuelta al Moderantismo (1856-1868)
La última etapa del reinado de Isabel II estuvo caracterizada por el retorno del moderantismo. El nuevo gobierno presidido por O’Donnell desmanteló la labor política y legislativa del Bienio, lo que motivó la destitución de O’Donnell para nombrar un gobierno moderado presidido por Narváez.
10.1. El Gobierno de Narváez y la Ley Moyano
De este nuevo gobierno destacó la Ley de Instrucción Pública de Claudio Moyano, que reconocía el derecho de la Iglesia de inspeccionar el sistema educativo. Se finalizaron grandes obras públicas, pero en 1857 hubo una crisis de subsistencias, lo que agudizó los conflictos sociales. La respuesta del gobierno a esto fue la represión.
10.2. El Retorno de O’Donnell
Isabel II llamó de nuevo a O’Donnell para formar gobierno. Hubo cierta estabilidad durante cuatro años y medio. Tras las elecciones de 1858, la política se basó más en el afán de prestigio que en las ventajas que pudiera tener el país.
10.3. La Crisis del «Gobierno Largo»
La crisis del «gobierno largo» tuvo lugar en 1863 y se resolvió con el nombramiento de un moderado. Se sucedieron gobiernos inestables y en 1864 Isabel II encargó la formación de gobierno a Narváez.
10.4. La Crisis Económica de 1866
La grave crisis económica de 1866 aceleró la descomposición del régimen. Sus problemas eran:
– La cuestión romana: Isabel apoyó al Pontífice, lo que enfrentó España con Italia. – La reina cada vez estaba más desprestigiada. – En 1866 el General Prim intentó una sublevación contra el gobierno que fracasó. – Uno de los pronunciamiento en el cuartel de San Vil – El pacto de Ostende (1866 entre progresistas, demócratas y la unión liberal para derogar a la reina La crisis económica de 1866 afectó a todos los sectores productivos. A esto se sumó la crisis de subsistencia. En septiembre de 868 se preparó en Cádiz un pronunciamiento liderado por subasta, Ruiz Zorrilla y Prim. La revolución del almirante Juan Bautista Topete fue conocida como la gloriosa. Como consecuencia la reina se vio obligada a exiliarse, con lo que se finaliza el reinado de Isabel II