El teatro de Posguerra
Teatro Burgués y de Evasión: (aproximadamente hasta 1949)
Tras la Guerra Civil, el panorama del teatro en España no era muy alentador. Predomina el teatro dirigido a un público que entiende la escena como evasión, es decir, la burguesía, que era la clase social que consumía teatro. Pero las obras eran poco innovadoras y los temas eran muy poco comprometidos políticamente.
Destacan autores como Joaquín Calvo Sotelo (Criminal de guerra), Jaime Salom (La piel del limón), José López Rubio, Juan Ignacio Luca de Tena (¿Dónde vas, Alfonso XII?), Víctor Ruiz de Iriarte y José María Pemán.
Los autores más importantes que antes de la guerra habían estrenado ya su teatro de humor fueron Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura.
- Enrique Jardiel Poncela: Es un genuino dramaturgo del humor inteligente e irónico; se basa sobre todo en lo inverosímil y lo absurdo. Sus obras no siempre han sido comprendidas por el público y la crítica. Destacan «Eloísa está debajo de un almendro» (1940) y «Los ladrones somos gente honrada».
- Miguel Mihura: Basa su teatro en lo absurdo y lo ilógico mezclado con la preocupación existencial y la intención crítica. La obra más importante es «Tres sombreros de copa» pero también son importantes «Melocotón en almíbar», «Maribel y la extraña familia» y «Ninette y un señor de Murcia».
Autores desde el Exilio
Al finalizar la Guerra Civil, se exilian autores como Jacinto Grau, Rafael Alberti y Max Aub (línea de hacer teatro de Unamuno; trata los temas de la insolidaridad y la injusticia), pero el más importante de todos fue Alejandro Casona.
- Alejandro Casona: Estrenó antes de exiliarse «La sirena varada» (1934) y «Nuestra Natacha» (1936), las cuales tuvieron muchísimo éxito. Sus obras intentan alejarse de la realidad, enfrentándola con la fantasía, intentando hacer posible el transformar dicha realidad con deseos ideales. Es excesivamente sentimental. Su obra más importante es «La dama del alba».
Teatro Crítico Realista
Se inicia en 1949 con la obra de Antonio Buero Vallejo, «Historia de una escalera». Esto supuso un cambio en el teatro orientado hacia un nuevo teatro de calidad.
Se implanta un nuevo teatro crítico impulsado por la llamada “generación realista”, que busca un compromiso ético-social con el individuo y su realidad. Los autores de esta tendencia entienden la escena como un medio para agitar y transformar la sociedad española. Destacan Alfonso Sastre, Lauro Olmo y Antonio Buero Vallejo.
En 1945, Alfonso Sastre publica una repulsa contra el teatro comercial; en 1950, Alfonso Sastre junto a José María de Quinto publican un manifiesto en el que se afirma que no es tiempo para la estética, si no de estética social, para renovar y evolucionar. Así, por tanto, en 1960 se logra crear polémica en el teatro en manos de Antonio Buero Vallejo.
- Antonio Buero Vallejo: destaca por su fe en el hombre. Sus obras hacen una reflexión sobre la condición humana universal. Traslada los problemas del hombre a la escena, donde nunca quedan resueltos.
- Dramas realistas: «Historia de una escalera», «Hoy es fiesta» y «El tragaluz».
- Dramas históricos: «Las Meninas».
- Dramas existenciales: «La tejedora de sueños».
Todas sus obras plantean un problema moral, una crisis de valores, y buscan una transformación del hombre y la sociedad. Cree que se pueden cambiar las cosas (hay un horizonte de esperanza). La sociedad representada en sus obras es negativa. El género por lo tanto es la tragedia; Dios está presente y el hombre asume sus errores. Los espacios escénicos tienen un valor simbólico aunque sea teatro realista; y los personajes en ocasiones se ven afectados por lesiones físicas o mentales, con lo que el autor intenta mostrar como representación del aislamiento en la sociedad en soledad.
- Alfonso Sastre: Además de teatro escribe ensayo. Publica «Escuadra hacia la muerte» (fue censurada, tachada de antimilitarista) y «La mordaza» (en la que habla sobre la opresión y el miedo al opresor; deriva hacia un teatro del esperpento).
También destacan autores como Lauro Olmo (La camisa) y José Martín Recuerda, Carlos Muñiz y Ricardo Rodriguez Buded.
El Nuevo Teatro (1960)
En esta época aparecen nuevos autores que intentan superar el realismo social mediante un teatro que en ocasiones busca formulas más vanguardistas y experimentales. Por estas fechas también surgen los teatros de cámara (representaciones en una sala pequeña, como en el Siglo de Oro).
Autores importantes:
- Antonio Gala: «Anillos para una dama». Utiliza un lenguaje exquisito y en su teatro suele mostrar preocupación por el hombre, ambientándolo en la época contemporánea o en un pasado histórico o místico.
- Fernando Arrabal: Mezcla el esperpento con la burla humorística. Bautizó alguna de sus obras como teatro pánico. «Pic-nic», «Cementerio de automóviles».
- Francisco Nieva: Se dedica a hacer un teatro minoritario. Es el más original, tiene libertad creadora e imaginación; muy próxima al surrealismo. Sombra y quimera de Larra.
También destacan autores como José Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!) y José Luis Alonso de Santos con un costumbrismo levemente crítico (Bajarse al moro y La estanquera de Vallecas).