Se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA). 

La ley pretendía un triple objetivo: la desaparición del latifundismo, castigar el absentismo de los grandes propietarios y proporcionar a los campesinos un instrumento de trabajo que fuese remunerador. La reforma era aplicable en Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha- en estas tierras se proyectaba establecer a 60.000 campesinos, pero diversos problemas hicieron que la realidad fuera muy distinta. La reforma fue un fracaso debido a tres hechos esenciales: las dificultades que tuvieron los colonos para acceder al crédito, la incapacidad del Estado para satisfacer las indemnizaciones y la falta de operatividad de la IRA. 

Las reformas sociales 

correspondieron a los socialistas mediante la labor de Largo Caballero al frente del Ministerio del Trabajo. Destaca la Ley de Términos Municipales y los Jurados Mixtos. Se intentaba asegurar el trabajo de los obreros de un municipio. 

El regeneracionismo republicano estuvo en la reforma de la enseñanza. 

Se mejoró la formación y el sueldo de los maestros. Mediante las Misiones Pedagógicas se intentó llevar la cultura a los medios rurales. Se ha dicho que la Segunda República fue una “República de maestros”.
El problema de los nacionalismos. 
En Cataluña, las inquietudes fueron satisfechas mediante un estatuto de autonomía. Cataluña tenía gobierno propio, la Generalitat, presidido por Francesc Maciá, líder de Esquerra Republicana.
Más dificultades planteó el nacionalismo vasco, impulsado por Sabino Arana. Convocó una reunión de alcaldes para proclamar en Guernica la República vasca. El Gobierno prohibió la reunión. Los nacionalismos gallego y andaluz renacieron. 

La reforma del ejército. 

Se estimaba necesario reducir el número de mandos y de unidades operativas reduciendo gastos y ganando en efectividad y operatividad. Se pretendía lograr el sometimiento de éste al poder civil. También se quería modernizar el ejército, debido a su poca capacidad técnica, mediante la jubilación anticipada. Se creó la Guardia de asalto (política urbana). Sin embargo, no se logró republicanizar el ejército. Todo estaba al mando de Azaña.
En la evolución de la República se distinguen tres fases: el bienio progresista, el bienio conservador y el Frente Popular.
La Segunda República inició su andadura eligiendo a Alcalá Zamora como presidente y formando Azaña gobierno coaligado con los socialistas.Mediante un “reformismo acelerado”, Azaña pensaba eliminar todos los obstáculos tradicionales que impedían la modernización de España. Pero fueron muchos los problemas que se plantearon a la República:

Las relaciones con la Iglesia católica nunca fueron buenas. 

El exacerbado anticlericalismo callejero, manifestado en la quema de conventos, y el del propio gobierno, hirieron innecesariamente a muchos católicos. 

La conflictividad laboral

como el suceso de Casas Viejas, en el que Azaña apareció como represor y su prestigio quedó muy dañado. 

La política de “reformismo acelerado” 

disgustó a la derecha, que buscó el recurso del ejército. El general José Sanjurjo realizó un intento de sublevación militar en Sevilla aunque fracasó. Las derechas encontraron un aglutinante más adecuado en la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), cuyo jefe era José María Gil Robles. El desorden, la conflictividad laboral y la oposición acabaron por erosionar al gobierno de Azaña. En consecuencia, el mes de octubre de 1933, el presidente de la República encargó a Martínez Barrio convocar nuevas elecciones. Éstas dieron el triunfo a la derecha, a los conservadores de la CEDA y al centro político, formado por los radicales de Alejandro Lerroux. La CEDA representaba la mayor parte de los católicos. Albergaba también en sus filas elementos ultraconservadores. Su jefe, José María Gil Robles, fue la revelación de este bienio, como Azaña lo había sido del anterior. La CEDA aceptó la República, pero se puso en duda su sinceridad republicana. El momento más crítico del bienio fue el estallido de la revolución de octubre de 1934. Tras la revolución de octubre se produjo la polarización de las posturas políticas. Surgieron grupos fascistas, como Falange Española, fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera, hijo del que fuera dictador; y, el ultraderechismo se acentuó con José Calvo Sotelo, líder del partido monárquico Renovación Española.
En febrero de 1936 se celebraron nuevas elecciones. Estuvieron precedidas por una tensa campaña electoral entre las dos irreconciliables mitades en las que estaba dividido el país. La derecha se presentaba desunida y desgastada. La izquierda, por el contrario, aparecía unida en un Frente Popular que englobaba a republicanos, socialistas y comunistas con el respaldo de los anarquistas. Este ganó las elecciones.
Azaña fue el encargado de formar el Frente Popular. El PSOE se había radicalizado y estimaba que el Frente Popular no pasaba de ser una mera alianza para ganar las elecciones. La destitución de Alcalá Zamora como presidente de la República y su sustitución por Azaña vinieron a complicar la situación, pues significó la anulación política de éste por lo limitado de sus funciones. La jefatura del Gobierno fue ocupada por Casares Quiroga.El 17 de julio de 1936 la guarnición de Melilla se sublevó y declaró el estado de Guerra a Marruecos, disparándose el mecanismo que llevaría a España a su más cruenta Guerra Civil.Franco voló a Tetuán para ponerse al mando, mientras el levantamiento se ponía en marcha en la península ante el desconcierto de Casares Quiroga, que no tomó medidas.
En pocos días, ante el fracaso del levantamiento en las principales ciudades de España, el enfrentamiento entre las fuerzas sublevadas y las leales al gobierno se convirtió en una guerra civil en la que Franco adquirió un protagonismo decisivo.
El proceso de reformas y modernización impulsado por la 2ª República quedó truncado. La Guerra Civil significó el enfrentamiento entre dos concepciones: el autoritarismo fascista y la democracia. Además, acarreó el establecimiento de una dictadura militar que mantuvo a España alejada de la libertad y el progreso social durante cuarenta años.